
El viernes 12 de diciembre, las autoridades iraníes volvieron a detener a Narges Mohammadi, una prominente activista de derechos humanos del país, que ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz. Mohammadi fue arrestada en el marco de una violenta redada en una mezquita en la ciudad de Mashhad, en el noreste de Irán, donde se estaba realizando una ceremonia conmemorativa. “Ella es considerada una gran amenaza para el régimen de la República Islámica”, dice Porochista Khakpour, escritora y ensayista iraní-estadounidense. “Su autoridad moral les resulta extremadamente intimidante al Gobierno”.
Mohammadi ha pasado gran parte de los últimos diez años, o más, entrando y saliendo de la cárcel. Su detención más reciente había sido en noviembre de 2021 cuando, entre otros cargos, fue acusada de amenazar la seguridad nacional de Irán y de difundir “propaganda” contra el Estado por su lucha de décadas en defensa de los derechos humanos, los derechos de las mujeres y la democracia en Irán.
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