El frágil alto el fuego en Gaza se mantiene a pesar de que Israel continúa llevando a cabo ataques mortales en el enclave palestino. El domingo, un ataque aéreo israelí mató a tres policías palestinos cerca de Rafah. El ataque ocurrió un día después de que Hamás liberara a tres rehenes israelíes. A cambio, Israel liberó a 369 palestinos que mantenía en cautiverio. Según se informó, cuatro de los palestinos liberados se encontraban en estado crítico y necesitaban ser hospitalizados de inmediato.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, se reunió el sábado en Jerusalén con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, quien calificó el plan de Trump de expulsar a la población palestina de Gaza como “el único plan viable para hacer posible un futuro diferente” en la región. Por su parte, Rubio dijo que Hamás “debe ser erradicado”.
Esto ocurre al tiempo que Israel continúa bloqueando el ingreso de decenas de miles de tiendas de campaña y casas rodantes para los palestinos desplazados de Gaza.
Mientras tanto, Israel ha recibido un nuevo envío estadounidense de bombas MK-84, de más de 900 kilos. Los residentes de Rafah critican duramente a Estados Unidos por seguir suministrando armas a Israel.
Rajeh Abu Rajab: “Dejamos nuestros hogares en busca de seguridad, pero no encontramos nuestras casas al regresar. Esta destrucción a gran escala no es normal y Estados Unidos sigue proporcionándole armas a Israel para que continúe con esa destrucción. Ya no hay nada para destruir. Ya quedan pocas personas en Palestina, en la Franja de Gaza. Es un crimen horrible que Estados Unidos suministre armas a Israel contra ciudadanos pobres como nosotros y que luego no encontremos nuestros hogares ni familiares al regresar. Esto es un crimen contra la ley humana, así como contra la ley islámica, la cristiana y todas las religiones del planeta”.