Tailandia ha deportado a 40 solicitantes de asilo uigures a China, ignorando las advertencias de organizaciones de defensa de los derechos humanos de que es probable que estos enfrenten tortura y encarcelamiento a su regreso. El grupo de solicitantes de asilo huyó de China para buscar protección en Tailandia, donde, en 2014, fueron arrestados y detenidos durante más de una década. Estas fueron las palabras expresadas por Liz Throssell, portavoz del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Liz Throssell: “Su deportación viola el principio de no devolución, que está totalmente prohibido en los casos en que exista un riesgo real de tortura, malos tratos u otros daños irreparables al momento de su regreso”.
China ha sido acusada de graves violaciones contra los derechos humanos de los musulmanes uigures, que pueden constituir crímenes de lesa humanidad.