Fuerzas de seguridad leales al nuevo Gobierno de Siria han sido acusadas de masacrar a cientos de civiles en comunidades costeras alauitas y cristianas, después de que el Gobierno sirio afirmara que había lanzado una campaña militar contra combatientes leales al expresidente Bashar al-Assad. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informa que al menos 745 civiles han muerto desde el jueves en 29 masacres ocurridas en las provincias de Latakia y Tartus. Entre las víctimas figuran niños, niñas y personas de edad avanzada, la mayoría de las cuales fueron ultimadas al estilo de las ejecuciones sumarias. Las masacres se produjeron al tiempo que combatientes rebeldes intentan castigar a la comunidad alauita debido a que la familia Assad pertenece a dicha secta, que representa el 12% de la población de Siria. Residentes de Latakia condenaron las masacres.
Ahmad al-Najjar: “No queremos una guerra sectaria. Queremos reconstruir nuestro país. No queremos que haya derramamiento de sangre, ni de nosotros ni de ellos, porque eso no cambiará nada. Hay quienes se benefician de la guerra y no quieren que Siria se recupere. Ellos obtienen ganancias mientras la población civil de ambos lados sufre. Pero nosotros rechazamos eso. Queremos la paz. Queremos que nuestro país se recupere”.