Más de 30 estudiantes de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés) han presentado una demanda contra las autoridades del campus y las agencias de orden público por el brutal ataque que sufrieron durante las protestas de solidaridad con Gaza que tuvieron lugar en abril y mayo de 2024. Varios estudiantes habían establecido un campamento pacífico en el campus para exigir el fin de los vínculos financieros de la universidad con la guerra de Israel en Gaza. Sin embargo, los estudiantes fueron objeto de abusos en repetidas ocasiones, incluso por parte de grupos externos, lo que, el 30 de abril, culminó en lo que ellos denominan como un “brutal ataque de una multitud violenta”. Los ataques contra estudiantes y profesores, que fueron transmitidos en vivo, se llevaron a cabo durante al menos cuatro horas, mientras el personal de seguridad de la universidad se mantenía al margen de lo que estaba sucediendo. Al día siguiente, el centro educativo llamó a la policía para que dispersara por la fuerza y de forma violenta a los manifestantes. Los demandantes describen haber padecido daños físicos y psicológicos duraderos. Estas fueron las palabras expresadas por el demandante Binyamin Moryosef, un estudiante universitario israelí-estadounidense que acusó a la Universidad de California en Los Ángeles de antisemitismo por silenciar en el campus a las personas judías que se expresan contra el genocidio de Israel en Gaza.
Binyamin Moryosef: “Esta demanda exige el más mínimo respeto al derecho de libre expresión, al derecho de poder expresar nuestra justa oposición a la realidad de muerte inminente que enfrenta permanentemente todo niño palestino mientras el Ejército israelí continúe con su agresión. Pido a la universidad que no colabore con las fuerzas opresivas actuales, a menos que quiera ser recordada como se recuerda a la despiadada administración que arrestó a los manifestantes de la guerra de Vietnam. Elijan ahora ponerse del lado de la justicia”.