En la Franja de Gaza, Israel ha llevado a cabo el día más mortífero de ataques desde que rompió unilateralmente un acuerdo de alto el fuego a mediados de marzo. Según las autoridades sanitarias de Palestina, una serie de ataques israelíes contra el enclave palestino ha matado al menos a 143 personas desde la madrugada del jueves, lo que eleva el número oficial de muertos a más de 53.000, aunque se presume que otras miles de personas que siguen desaparecidas bajo los escombros están muertas. Según la ONU, uno de cada cinco palestinos, alrededor de medio millón de personas, se enfrenta al riesgo de morir de hambre, debido a que Israel lleva 74 días bloqueando por completo el ingreso de alimentos, agua y medicamentos a Gaza.
En Jan Yunis, Reem al-Zanaty, una niña palestina de trece años, logró sobrevivir a un ataque israelí que destruyó la casa de su familia. Cuando su padre la sacó de entre los escombros, al-Zanaty se enteró de que muchos de sus familiares estaban muertos.
Reem al-Zanaty: “Toda la familia de mi tío ha sido martirizada. Que descansen en paz. ¿Cómo se sentirían ustedes al ver que todos sus seres queridos son sacados como cadáveres de debajo de los escombros? El nombre de mi prima es Menna. Ella es un año menor que yo. Ella estuvo conmigo apenas ayer a la noche. Lo juro, ella se despidió de mí y me dijo adiós, como si sintiera que algo sucedería”.
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Catherine Russell, condenó los ataques israelíes y escribió al respecto: “Es inconcebible que, según se informa, más de 45 menores hayan muerto en dos días en ataques aéreos contra Gaza. Esto debería conmocionar al mundo, pero es recibido, en gran medida, con indiferencia. Ningún lugar es seguro para los niños y niñas de Gaza”.