
Un graduado de la Universidad de Columbia estuvo detenido durante doce horas en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, se le negó la entrada a Estados Unidos y fue deportado. El escritor australiano Alistair Kitchen relata que los agentes estadounidenses lo interrogaron acerca de sus opiniones sobre Israel y Palestina, y copiaron el contenido de su teléfono. “Me estaban esperando cuando bajé del avión. Ni siquiera llegué a la fila donde se procesan los pasaportes”, dice Kitchen. “El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza está usando el inmenso poder y la discreción que tiene para realizar registros y después denegar el ingreso al país […] porque no le gusta el discurso de algunas personas”.
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