Ejecutivos de la industria automotriz estadounidense advirtieron el martes al Congreso que su sector está al borde del colapso, al solicitar a los legisladores que auxiliaran al sector con un rescate económico de 25 mil millones de dólares en préstamos respaldados por el gobierno. Robert Nardelli, presidente de Chrysler, responsabilizó en parte a los costos de atención médica y pensiones como causa de los problemas financieros de la empresa.
Robert Nardelli dijo: “Al mismo tiempo, Chrysler tiene miles de millones de dólares que pagar en salarios, proveedores, atención médica y pensiones, todo en el orden de cuatro a cinco mil millones mensuales. Por lo tanto, sin un financiamiento puente inmediato, la liquidez de Chrysler podría caer por debajo de los niveles necesarios para sostener su funcionamiento”.
Los legisladores criticaron repetidamente a los ejecutivos del sector automovilístico. El senador demócrata Christopher Dodd acusó a los presidentes de las compañías de buscar cura para heridas que ellos mismos se provocaron durante mucho tiempo. Los legisladores y el gobierno de Bush han discutido la mejor manera de extender la ayuda a los fabricantes de autos.