En Nueva York, una coalición de defensores de los derechos humanos está exigiendo que se nombre un fiscal especial permanente a nivel estatal para que maneje casos de crímenes brutales cometidos por la policía, luego de que tres detectives de la policía de Nueva York fueron absueltos en el caso de Sean Bell. Bell, de 23 años de edad, murió en un aluvión de cincuenta disparos de la policía en la mañana de lo que hubiera sido el día de su boda, en noviembre de 2006. Dos de sus amigos también resultaron heridos en el tiroteo. Los tres hombres estaban desarmados. El viernes, un juez absolvió a los tres detectives de la policía encubiertos de todos los cargos relacionados con el tiroteo. Tras la decisión, el reverendo Al Sharpton amenazó con cerrar la ciudad con protestas.
El reverendo Al Sharpton dijo: “Sabemos estratégicamente cómo detener a esta ciudad para que quede paralizada y se den cuenta de que no tienen derecho a asesinar a balazos a civiles inocentes desarmados sin una causa justificada… pero ahora demostraron que no responsabilizarán a la policía. Bien, ¿saben qué? Si ustedes no lo hacen, lo haremos nosotros”.