Mientras los contratistas estadounidenses liberados hacen denuncias, analizamos el tema de las FARC, los grupos paramilitares colombianos y los generales que están recibiendo los méritos por el rescate de los rehenes

Original en Español17 de julio de 2008
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    Mientras los contratistas estadounidenses liberados hacen sus primeras declaraciones públicas, analizamos el tema de las FARC, los grupos paramilitares colombianos y los generales que están recibiendo los méritos por el rescate de los rehenes

    Los tres contratistas militares estadounidenses liberados de su cautiverio en la jungla colombiana han denunciado públicamente a sus ex captores, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC. Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell forman parte de los quince rehenes liberados, incluyendo a la política colombiana de origen francés Ingrid Betancourt, y fueron rescatados la semana pasada en una elaborada operación militar que significó un duro golpe para las FARC. Presentamos un debate con Mario Murillo, autor del libro Colombia y Estados Unidos, Michael Evans, del Proyecto de Documentación sobre Colombia, y Manuel Rozental, médico y activista colombiano defensor de los derechos humanos que vive en Canadá tras haber recibido varias amenazas de muerte.


    AMY GOODMAN: Vamos a hablar del tema de los tres contratistas americanos liberados en la selva colombiana, que han hecho las primeras declaraciones públicas contra sus ex-captores, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, o FARC. Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, entre otros 15 rehenes, incluyendo a la política francesa colombiana Ingrid Betancourt, fueron rescatados después de una elaborada operación militar la semana pasada. El gobierno colombiano dice que infiltró los comandos de las FARC y engañó a los rebeldes, haciéndoles creer que estaban trasladando los rehenes a otra ubicación. El lunes, los tres estadounidenses hablaron públicamente por primera vez desde su liberación. Marc Gosalves llamó a sus ex-captores “terroristas” y les exigió que liberen a los cientos de rehenes que aún se encuentran en su poder. Los estadounidenses liberados son empleados de la empresa militar Northrop Grumman. Fueron capturados en el 2003 después de que su avión de vigilancia se estrellara en la selva colombiana. La operación de rescate fue vista por muchos como un golpe severo a las FARC. Los 15 prisioneros rescatados eran los rehenes de más alto perfil de los cientos que han tenido cautivos las FARC con el objetivo de lograr la liberación de rebeldes capturados y obtener otras reivindicaciones políticas. Este año, el grupo insurgente ya se había visto debilitado por las muertes de tres de sus altos líderes y una serie de deserciones. Las críticas a las FARC han venido de todos lados. Indígenas, campesinos y grupos de derechos humanos han denunciado los secuestros y las operaciones militares de las FARC y han afirmado que desvían la atención de los abusos perpetrados por el gobierno colombiano.

    Me acompañan tres invitados. Acá, en los estudios de Nueva York, se encuentra Mario Murillo, profesor de comunicaciones de la Universidad de Hofstra, productor de WBAI, la emisora de Radio Pácifica en Nueva York y autor del libro “Colombia y Estados Unidos: Guerra, Terrorismo y Desestabilización”. Actualmente está terminando su libro acerca del movimiento indígena colombiano y su habitual uso de los medios alternativos de comunicación para la organización de las comunidades. Se suma a nosotros desde Washington D.C. Michael Evans, director del Proyecto de Documentación sobre Colombia del Archivo de Seguridad Nacional. Y, finalmente, estamos en comunicación telefónica desde New Brunswick, Canadá con Manuel Rozental, médico y activista colombiano de derechos humanos, miembro de la Alianza Social Continental y de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca en Colombia. Manuel se exilió en Canadá en 2005, luego de recibir varias amenazas de muerte.

    AMY GOODMAN: Mario, has estado escribiendo acerca de lo que pasó, y ahora aparece un serio interrogante: Suiza informa que la operación podría haberse tratado de un montaje, que el gobierno colombiano podría haber pagado 20 millones de dólares por el rescate de estos prisioneros.

    MARIO MURILO: Claro. Hay varias preguntas, en efecto, porque existen tres versiones diferentes sobre lo que pasó. Desafortunadamente, la versión oficial es la que está teniendo mayor cobertura, y obviamente Álvaro Uribe está sacando una gran ventaja política de todo esto. Y esto es obvio si hablamos de la dramática operación de rescate que describiste en la introducción. Existen otras dos versiones. La que acabas de mencionar, que viene de la radio Franco-Suiza, de la radio pública, basada en altas fuentes de información que tienen los periodistas y que dicen que la esposa de uno de los guardias, uno de los rebeldes de las FARC que estaba involucrado en la custodia y seguridad de los rehenes, estuvo en constante contacto y hizo este arreglo de 20 millones de dólares de rescate. Y este es uno de los otros informes. La otro versión, que probablemente sea al más factible si esto…bueno, todavía no he profundizando mucho en esta versión, pero la otra versión es que, en realidad, el gobierno colombiano aprovechó un esfuerzo diplomático que ya estaba en curso desde hacía algún tiempo, del ex cónsul francés en Bogotá y de un diplomático Suizo que estaba en Colombia. Estos dos funcionarios estaban tratando de negociar un acuerdo e inclusive tenían luz verde de parte del gobierno colombiano. Fue en el periódico español El País donde el presidente, el presidente colombiano, de hecho, anunció que sí, que efectivamente este intercambio, este diálogo, se estaba llevando a cabo. Y parece que, de acuerdo con este reporte, el gobierno colombiano interceptó los helicópteros que estaban en camino al encuentro con los rehenes, entonces no fue, en realidad, la culminación de una operación de infiltración de los altos comandos de las FARC. Las FARC, de hecho, estaban entregando los retenidos específicamente a la delegación liderada por estos dos diplomáticos y, aparentemente, el gobierno Colombiano tomó un atajo y como resultado ha sacado una enorme ventaja política de todo esto. Todavía hay muchas preguntas acerca de los que pasó, pero desafortunadamente, como acabo de decir, el relato oficial es el que está teniendo mayor cobertura.

    AMY GOODMAN: Quiero ahora que escuchemos a uno de los contratistas estadounidenses liberados. El lunes, ellos hablaron públicamente por primera vez desde su recate. Marc Gonsalves fue el que más hizo oír sus críticas a las FARC. Emitimos un fragmento de lo que dijo.

    MARC GONSALVES: Hubo una vez en que cuando dormía, soñé que estaba libre. Ese momento fue hace sólo unos días. Se siente tan bien el estar libre aquí, ahora con todos ustedes. Quiero contarles acerca de las FARC, un grupo guerrillero que dice que son revolucionarios que luchan por la gente pobre de Colombia. Dicen que quieren igualdad. Dicen que quieren hacer de Colombia un mejor lugar. Pero todo eso es una mentira. Es una fachada, y se esconden detrás de ella, y la usan para justificar sus actividades criminales. Las FARC no son un grupo revolucionario. No son un grupo revolucionario. Son terroristas. Terroristas con “T” mayúscula. Mala gente. Sus intereses están vinculados con el tráfico de drogas, la extorsión y el secuestro. Se niegan a admitir los derechos humanos y rechazan la democracia. Los he visto retener a un bebé recién nacido en cautiverio, un bebé que necesitaba asistencia médica, que estaba enfermo. Ellos lo mantuvieron allí, en la selva. Yo mismo, y mis amigos, Tom y Keith, fuimos victimas de su odio, de sus abusos y de otras torturas. Y he visto cómo sus propios guerrilleros se sucidan en un intento desesperado por escapar de la esclavitud a la que las FARC los condenó. La mayoría de las fuerzas de las FARC son niños y adultos jóvenes. Vienen de la pobreza extrema y tienen muy poca o ninguna educación. Muchos de ellos no saben ni leer. Entonces, fácilmente son engañados para que se unan a las FARC, y les lavan el celebro para que crean que su causa es una causa justa. Pero una vez que están adentro no pueden salir más, porque si lo intentan, los matan. Hay gente que ahora mismo, en este momento, todavía está en la selva siendo retenida como rehén. En este mismo momento, ahora mismo, hay gente que está siendo castigada por que nosotros fuimos rescatados exitosamente. Quiero que ustedes por un momento se imaginen esto. Ahora mismo, en este momento, están encadenados por el cuello. Se van a tener que levantar temprano mañana a la mañana, y se van a tener que poner una mochila pesada en los hombros, y van a ser forzados a marchar con la cadena en su cuello, mientras un guerrillero con un arma automática está sosteniendo el otro extremo de la cadena, como si se tratara de un perro. Esta es gente inocente. Gente que esta luchando y trabajando por el país. Y todo lo que ellos quieren es lo que nosotros queríamos y lo que Dios tuvo la gracia de darnos: nuestra libertad. Quiero mandar un mensaje a las FARC. FARC, ustedes son terroristas. Ustedes lo niegan, dicen con sus propias palabras que no son terroristas, pero sus palabras no tienen ningún valor. No nos digan que no son terroristas; muéstrennos que no son terroristas. Dejen que los otros rehenes vuelvan a casa. Acepten la propuesta del presidente Uribe sobre una zona de encuentro para la negociación. En donde sea, a cualquier hora, él propuso establecer una zona de encuentro para negociar. Entonces hagan el acuerdo humanitario y dejen que el resto vuelva a casa. Entonces, después de eso, acepten un proceso de paz, porque de otra manera el espiral descendente en el que se encuentran las FARC va a continuar y el gobierno colombiano va a desmantelar a toda la organización.

    AMY GOODMAN: Estas fueron palabras del hombre, del contratista estadounidense, que estuvo en cautiverio, Gonsalves, Marc Gonsalves que habló ayer en San Antonio. Comencemos contigo Mario. ¿Qué piensas?

    MARIO MURILLO: Bueno, antes que nada, él dijo bastantes cosas, así que, obviamente, tengo bastantes comentarios. Una de las cosas es el hecho de las terribles condiciones en las que estos rehenes se encuentran retenidos, es algo que obviamente nadie puede discutir. Es injusto, y todo el mundo, desde Fidel Castro hasta Hugo Chávez y muchos otros alrededor del mundo, han demandado a las FARC que entreguen a la gente que tienen retenida. Pero él también habla aquí sobre muchas cosas que, de alguna manera, encubren la situación. Primero que nada, creo que es bien importante que notemos que una de las tragedias que rodea todo esto es que nunca vamos a llegar al fondo de la cuestión de qué estaban haciendo Gonsalves y los llamados contratistas en Colombia. Tenemos que recordar, en primer lugar, el hecho de que su avión se estrelló. La versión oficial dice que fue un accidente y que se estrellaron en la selva, aunque las FARC dijeron inicialmente que lo derribaron. También tenemos que señalar que el uso del término “rehenes” en su caso –y esto no justifica el hecho de que estuvieran en cautiverio durante cinco años, por ningún motivo de la imaginación- pero el uso del término “rehén” es bastante problemático en el contexto en el que ellos estaban operando en el sur de Colombia. Ellos estaban ahí en el 2003, dos años…un año y medio después de que el Presidente Bush autorizara que personal de las fuerzas militares y contratistas estadounidenses llevaran a cabo operaciones de contrainsurgencia, no operaciones en contra de las drogas. Ese era el corazón de la lógica de las operaciones de las FARC, en Caquetá y en el sur de país. Entonces, nunca llegaremos al fondo de lo que esta gente estaba exactamente haciendo allá- otra vez, no es que estemos justificando de ninguna manera su cautiverio, pero creo que esta es una de las tantas preguntas que no se hacen. Y después, finalmente, sus últimos comentarios fueron acerca de las propuestas de Uribe, y son verdaderamente optimistas, sino ingenuos. Parece que él no comprende que la estrategia de Uribe no es dialogar con las FARC. Su intención es desmantelarlas por completo. Uribe no las reconoce como una fuerza beligerante. Y el argumento de que ellos son terroristas, que Gonsalves está aquí mencionando, es algo que Uribe ha utilizado plenamente en perjuicio de cualquier posibilidad de diálogo para que haya una paz de largo plazo en Colombia.

    AMY GOODMAN: Déjame ahora darle la palabra a Manuel Rozental. Cuál es tu respuesta como un hombre que ha escapado de Colombia, un médico, un activista de derechos humanos que ahora vive en Canadá, después de escuchar la descripción de las FARC y los comentarios acerca del gobierno de Uribe? Es interesante que Ingrid Betancourt, quizás la rehén más conocida, que retornó a Francia —y que dice que existe la posibilidad de que se lance a la candidatura a la presidencia otra vez, de hecho es posible que compita con Uribe— dice que el Presidente Álvaro Uribe debe suavizar su tono cuando se refiere a las FARC. Ella le pidió al presidente que deje el lenguaje de odio. Manuel?

    MANUEL ROZENTAL: Sí. Hola, Amy. Efectivamente, todo esto es muy interesante. Yo, en primer lugar, tengo que decir, como yo creo todo colombiano, que hemos estado absolutamente eufóricos por la liberación de Ingrid y de que se encuentre en buenas condiciones, uno no puede menospreciar esto. Más allá de la manera en que se logró, es fantástico que ella haya sido liberada sin ningún daño y que todos los otros están en buenas condiciones también. También, como Mario estaba diciendo, en realidad, fueron liberados catorce prisioneros de guerra y una rehén, Por los catorce prisioneros de guerra, maltratados, abusados, también estamos muy contentos, como todo el mundo, de que hayan sido liberados. Y de hecho, yo diría que, conociendo a Ingrid desde antes de que fuera secuestrada…y precisamente dos o tres días antes de ser secuestrada por las FARC, ella se reunió con los comandantes de las FARC, incluso con Raúl Reyes, y les dijo directamente a las FARC que les demandaba un gesto de buena voluntad para que se pudiera lograr la paz en Colombia. Sus palabras textuales fueron: “Su gesto de buena voluntad tiene que ser no más secuestros en Colombia, si no lo hacen, si no hacen este gesto, Colombia se verá sumida en un espiral de desastres y ustedes perderán toda credibilidad. ” De esta manera, yo pienso que este contexto es esencial, porque sólo dos días después de que ella dijera esto, fue secuestrada por la misma gente a la que ella reclamó ese gesto de buena voluntad. Pero creo que es muy importante que pongamos toda esta situación en contexto. Primero, el gobierno de Uribe ha alcanzado su punto más alto en popularidad pero también ha tocado fondo en términos de ilegitimidad. Pocos días antes de que esta operación de liberación fuera llevada a cabo, el gobierno fue condenado por haber comprado votos en el congreso para lograr su reelección de una manera fraudulenta. El gobierno de Uribe también ha sido vinculado a los escuadrones de la muerte, y también están vinculados con eso miembros de la coalición que le permitió ganar las elecciones dos veces y altos oficiales del gobierno, incluyendo a la policía secreta. Entonces estamos hablando de un régimen con los peores índices en materia de derechos humanos en el continente y el ejército con los peores antecedentes de violación a los derechos humanos y que cuenta con la mayor ayuda de Estados Unidos, incluyendo los contratistas o mercenarios de los que Mario estaba hablando. Entonces, el hecho de que este régimen haya estado involucrado en esta liberación no debe, no debería y no puede ocultar el hecho de que este es un régimen horrendo. Entonces, el punto principal que quiero mencionar aquí más allá de la discusión de si el gobierno o las FARC, de cuál de los dos es peor, o cuál de los dos es legítimo, el punto principal acá es que tenemos que hacer un llamado de emergencia a los movimientos y organizaciones populares y al pueblo de Colombia para decirles que, en este momento, con la validación del régimen de Uribe, nos enfrentamos al gran riesgo de que continúen, o incluso empeoren, estos índices en materia de abusos y violaciones a los derechos humanos. Y, para poner esto en perspectiva, hay un plan más grande que está en proceso al interior de Colombia y desde Colombia con el apoyo de Estados Unidos, para que los intereses corporativos controlen los recursos y riquezas de territorios en Colombia, y de ahí, lanzar una guerra o un conflicto armado mayor en la región Andina. Esta agenda va a avanzar aún mas, después de… si Uribe es capaz de legitimar su régimen después de la liberación de Ingrid. Entonces, para volver a donde comencé, si Ingrid fuere la misma Ingrid que fue secuestrada por las FARC, la misma que denunció la corrupción del gobierno y que lanzó una campaña presidencial, dirá lo que estoy diciendo ahora. No se puede legitimar un régimen corrupto porque liberó a una persona. De hecho, la persona que ellos han liberado luchó en contra de esa corrupción, y esperamos que siga haciéndolo.

    AMY GOODMAN: quiero incluir en esta discusión a Michel Evans, director del proyecto de documentación sobre Colombia del Archivo de Seguridad Nacional. Inter Press Service publicó un interesante artículo titulado “Colombia: El General al que Ingrid abrazó,”, en el que se habla sobre el General Mario Montoya; el General Mario Montoya, Uribe e Ingrid Betancourt. Para nuestros oyentes de radio, estamos mostrando las imágenes. Pueden ir a nuestro website demoracynow.org para verlas. Michel, cuéntenos acerca de este general.

    MICHAEL EVANS: Seguro. Gracias por haberme invitado a participar en el programa de hoy. El General Mario Montoya es quien comanda el ejército de Colombia y tiene una especie de mancha histórica en relación con los derechos humanos. Es importante que los oyentes del programa tengan en cuenta la otra cara de la moneda en el tema de las FARC. Pocas personas tienen la ilusión de que las FARC son un grupo de liberales bien intencionados, pero en la otra cara de este moneda están los grupos paramilitares de derecha, que han operado virtualmente sin obstáculos en Colombia por décadas. Mario Montoya, el general al que Ingrid abrazó –y no he visto el artículo de Inter Press Service, pero puedo imaginar de qué se trata– tan sólo hace un año era objeto de un informe de la CIA filtrado al Los Angeles Times, que lo implicaba en una operación conjunta con las fuerzas paramilitares en la ciudad de Medellín realizada pocos años atrás, cuando él era el comandante de una brigada armada de esa región. Montoya, a lo largo de su carrera, ha sido perseguido por este tipo de acusaciones. Una unidad de la que fue miembro a finales de los ´70, cuando era un joven oficial de inteligencia, había constituido un grupo paramilitar, en teoría independiente y espontáneo, conocido como la “Triple A”: Alianza Americana Anticomunista. Dicho grupo fue responsable por atentados con bombas y otro tipo de amenazas e intimidaciones, algo así como operaciones clandestinas, en Colombia. La unidad con la que Montoya fue asociado creó esto como un proyecto completamente clandestino. Entonces, el General Montoya tiene muchas cosas que responder al respecto, así como también el Presidente Uribe. Como sabes Amy, muchos de sus aliados políticos han sido implicados en el escándalo de la parapolítica, un escándalo desencadenado a partir del descubrimiento de una laptop de los paramilitares hace un par de años. Entonces, hay otro lado de esto que pienso que se ha perdido y está en peligro de ser consumido o enterrado bajo esta especie de ola de adoración por lo que, creo, es con justa razón considerada una muy exitosa operación militar. Por supuesto, todo el mundo está feliz porque los rehenes hayan sido liberados y es una gran victoria para ellos y sus familiares, pero también tenemos que ver esto como una gran victoria para Uribe, realmente como algo que va a ayudarlo a superar y a, de alguna manera, evitar dirigir hacia él algunos de los importantes problemas que enfrenta.

    AMY GOODMAN: ¿Qué es la Triple A, Michel?

    MICHAEL EVANS: Bueno, la Triple A fue un grupo, nuevamente, que a finales de los años 70 y a comienzos de los 80, operó como una unidad clandestina de una unidad de la inteligencia militar colombiana. Esencialmente, el grupo fue establecido de manera totalmente secreta, detrás de escena, sin que hubiera ninguna referencia al ejército colombiano. Fueron responsables por el atentado con bomba de la sede principal del Partido Comunista y algunos otros actos de intimidación en ese tiempo. Esta es la primera evidencia documentada que he visto, al menos proveniente de los archivos gubernamentales de Estados Unidos, de documentos desclasificados, donde una unidad del ejército colombiano está directamente vinculada a un grupo paramilitar clandestino o a un grupo clandestino de derecha.

    AMY GOODMAN: ¿Y su relación con Estados Unidos?

    MICHAEL EVANS: Bueno, su relación con Estados Unidos, hasta donde sé, culmina donde… Según un reporte de 1979 del Embajador estadounidense, Diego Ascencio, en el que confirma que conoce el proyecto y dice –como restándole importancia-: “bueno, no es gran cosa; ustedes saben, este es un tipo de juego sucio llevado a cabo por militares desesperados que tienen que enfrentar esta… la amenaza de esta guerrilla”, lo que en ese entonces era la guerrilla del M-19. Estados Unidos ciertamente sabía acerca de este proyecto, y si ellos hubieran indagado un poco, se habrían enterado de que Mario Montoya era parte de ello, por supuesto, el mismo hombre que ahora es el oficial de más alto rango del Ejército colombiano y es considerado un gran aliado de Estados Unidos.

    AMY GOODMAN: Manuel Rozental, ¿puede volver a Colombia en la actualidad?

    MANUEL ROZENTAL: Sí. He estado volviendo a Colombia y mi situación no es inusual, pues hay muchas otras personas bajo amenaza que actualmente vuelven a Colombia y tienen que ser muy cuidadosas y tratar de buscar los mecanismos para poder trabajar con los movimientos sociales. De hecho, mi trabajo con la Asociación de Cabildos Indígenas está pasando por el momento en el que más personas indígenas han sido —durante este régimen de Alvaro Uribe— amenazadas, asesinadas, desaparecidas o atacadas que en cualquier otro régimen anterior; lo cual dice mucho acerca de lo que está sucediendo. Pero Amy, quiero señalar algo. A lo mejor tú viste esto, o las personas que nos escuchan. Hubo un especial de 60 Minutes sobre el escándalo de Chiquita Brands. Chiquita es, por supuesto, una empresa bananera. El documental, de hecho, entrevistaba al gerente (CEO) de Chiquita, que se había declarado culpable de financiar a las fuerzas paramilitares. Pero el argumento que él presentó fue que se había visto obligado a financiar a los paramilitares para poder sobrevivir, porque había sido amenazado por ellos. El punto principal aquí es que la persona que hizo la entrevista logró ponerse en comunicación con Mancuso, el comandante paramilitar y amigo personal de Uribe, y Mancuso señaló claramente en el programa que mucha gente vio en Estados Unidos que nunca hubo ninguna amenaza y que estaba fuera de consideración que hubiese alguna relación tensa o amenaza entre las tres compañías –Dole, Chiquita y Del Monte – en Colombia, porque de hecho eran aliadas. Incluso dijo claramente: “Ellos nos financiaron. Ellos nos armaron. Ellos nos entrenaron”, lo cual es muy importante. De hecho, pocos días antes de esto se reveló públicamente en Estados Unidos que Mancuso y otros catorce paramilitares fueron capturados y extraditados a EE.UU., y que serían acusados por narcotráfico y crímenes contra la humanidad y todos los nombres que él dijo que iba a mencionar… Mancuso dijo que iba a denunciar ante el Departamento de Justicia de Estados Unidos los vínculos directos entre las corporaciones multinacionales estadounidenses, el gobierno de Estados Unidos, el gobierno de Colombia y los paramilitares. Y justo después de decir esto, lo meten preso, lo extraditan, lo ocultan en Estados Unidos y así, de esta manera, todas estas actividades criminales y la arquitectura del poder en Colombia no sería expuesta. Todo este asunto quedó tapado. De esta forma, los vínculos entre los intereses de las corporaciones, los escuadrones de la muerte paramilitares, el gobierno de Bush y el gobierno de Uribe se han mantenido ocultos, completamente tapados. Y entonces, el problema real en Colombia, que es el experimento de las corporaciones transnacionales a través del gobierno de Uribe con el respaldo de Bush y el gobierno de Estados Unidos, puede ocultarse y seguir ocultándose con lo que acaba de suceder. Como fue explicado anteriormente, toda la maquinaria paramilitar y escuadrones de la muerte en Colombia existe desde hace mucho tiempo con un claro apoyo de Estados Unidos, con participación directa de las fuerzas militares y paramilitares de Colombia, y el gobierno de Uribe está directamente vinculado con todo esto.
    AMY GOODMAN: Parece ser que las FARC han sido muy útiles para el presidente de Colombia, Uribe. Estados Unidos ha dado millones de dólares a Colombia. Mario Murillo, finalicemos la entrevista contigo.

    MARIO MURILLO: Sí. Bien, me gustaría decir que las FARC continúan siendo una especie de muleta para Uribe y que todo esto está amparado en la guerra contra el narcotráfico y la guerra contra el terrorismo. Estados Unidos está mirando esto como si fuera un éxito importantísimo o una historia exitosa, y están bombeando decenas de millones,billones de dólares hacia Colombia. Y McCain estuvo allí la semana pasada, siguiéndolo....

    AMY GOODMAN: Estuvo allí el día del rescate

    MARIO MURILLO: Estuvo allí el día del rescate y lo está vendiendo como una historia exitosa, sin señalar lo que ya se dicho, que todo esto no es sólo una cosa del pasado, es algo del presente. Amnistía Internacional y la organización Fellowship of Reconcilliation publicaron un duro informe en mayo –finales de abril, principios de mayo de este año– que documenta cómo los regimientos, las unidades del ejército colombiano están recibiendo las mayores cantidades de dinero de la asistencia económica de Estados Unidos a Colombia, que a su vez, está directamente involucrada en ejecuciones extrajudiciales. Se publicaron un artículos sobre este tema en Los Angeles Times y en The Washington Post pero , desafortunadamente, como ustedes saben, no tienen la resonancia que este dramático rescate puede tener.

    AMY GOODMAN: Quiero agradecerles a todos ustedes por haber estado con nosotros. Mario Murillo es productor de la WBAI, profesor en la Universidad Hofstra y autor del libro Colombia y Los Estados Unidos: Guerra, Terrorismo y Desestabilización. Michael Evans en Washington D.C., director del Proyecto de Documentación sobre Colombia del Archivo de Seguridad Nacional Y Manuel Rozental, médico, activista de derechos humanos, miembro de la Alianza Social Continental y de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca de Colombia. Me hubiera gustado estar hablando con él desde Colombia, pero tuvo que irse a vivir a Canadá en 2005, luego de recibir varias amenazas contra su vida.

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