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La Convención de la ONU sobre el Cambio Climático en Durban, Sudáfrica, llegó a su fin con un acuerdo para que los países inicien negociaciones para alcanzar un nuevo tratado climático vinculante que se decidirá antes de 2015 y entrará en vigencia en 2020. Los negociadores también acordaron un segundo período de compromiso según el Protocolo de Kioto y el diseño inicial de un Fondo Ecológico Climático. Muchos grupos ambientalistas dicen que el acuerdo no es suficiente para hacer frente a la crisis producida por el cambio climático. “No es realmente el hito importante en la construcción de un régimen de cambio climático que muchos pedían -incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea”, afirma Kate Horner, analista política de la organización Amigos de la Tierra Internacional. “Se trata, una vez más, de otro hito en una larga historia de los países ricos que dan marcha atrás y no cumplen las promesas que hicieron. Esta plataforma va a demorar las medidas de cinco a 10 años, mientras se negocie y ratifique un nuevo tratado. Se cerrará en los bajos niveles de ambición, y la verdad, creo que la parte más perjudicial de esto es que esta decisión es un intento de desplazar la carga de este problema a los países en desarrollo que tuvieron menos que ver”. El resultado de la cumbre de la ONU por el cambio climático podría ser especialmente perjudicial para África. “África está fuera del mapa, sin embargo, este continente se va a quemar a causa de la indecisión y la debilidad de las decisiones que han salido de esta reunión aquí, en Durban”, señala Bobby Peak, director de groundWork, organización sudafricana por la justicia ambiental.