El Presidente sirio Bashar Al Assad intentó distanciarse de la violencia que sus fuerzas ejercieron contra el pueblo sirio en los levantamientos contra su régimen. Durante una entrevista para ABC News, Assad expresó no haber dado a sus fuerzas la orden de: “asesinar o actuar brutalmente”. Assad agregó: “Son fuerzas militares que pertenecen al gobierno. No me pertenecen a mí. Yo soy el Presidente… Ningún gobierno del mundo mata a su propio pueblo, a no ser que esté dirigido por un loco”. Naciones Unidas estima que las fuerzas de Assad han sido responsables por la muerte de más de cuatro mil personas y que han cometido graves violaciones a los derechos humanos, entre ellas, tortura, ataque a periodistas y asesinato de niños. En Washington, el vocero del Departamento de Estado Mark Toner criticó a Assad.
Toner declaró: “Esto demuestra que perdió todo el poder que detentaba en Siria, que es un títere o que está completamente desconectado de la realidad. Para nosotros, es difícil de decir, pero insistimos en que perdió toda credibilidad ante los ojos de su pueblo y es necesario que dimita”.