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2 de Febrero 2011
El Cairo, Egipto – El régimen de Mubarak ha lanzado hoy una campaña de violencia brutal y coordinada para recuperar las calles de El Cairo de manos del movimiento egipcio en favor de la democracia.
Facciones en favor de Mubarak comenzaron a reunirse cerca de la plaza Tahrir poco después del discurso de Mubarak la noche del martes y llevaron a cabo una concentración frente al edificio de la televisión estatal en la calle Corniche el-Nil. Por la mañana comenzaron la marcha por la zona del centro de la ciudad en grupos de 50 a 100.
Estos no eran los mismos manifestantes que han ocupado Tahrir los últimos días. Estas bandas estaban formadas en su mayoría por hombres entre 20 y 45 años de edad. Muchos llevaban gruesas chaquetas de cuero con suéteres debajo y cantaban enfurecidos en apoyo de Mubarak y contra el movimiento por la democracia, en una actitud hostil e intimidatoria.
Maldecían una y otra vez a Al Jazeera y le preguntaban a los camarógrafos que se encontraban en el lugar si trabajaban para la cadena de noticias árabe. Uno de ellos hizo un gesto con el dedo como cortándose la garganta para mostrar sus intenciones.
Al mediodía sus números habían aumentado dramáticamente y comenzaron a llegar en grandes números al centro de la ciudad en dirección a la Plaza Tahrir. El ejército, que había rodeado Tahrir desde el sábado, simplemente los dejó entrar. Los manifestantes por la democracia que se encontraban en la plaza formaron una cadena humana para tratar de mantener a raya a estas bandas. El mayor número de manifestantes consiguió inicialmente hacerlos retroceder sin hacer uso de la violencia, pero cuando parecía que estaban en plena retirada, las bandas atacaron.
“De repente, las rocas comenzaron a caer del cielo”, decía Ismail Naguib, un testigo que se encontraba en el lugar de los hechos. “Las rocas volaban por todas partes; de todas partes.” Muchas personas recibieron golpes. Algunos sufrieron graves cortes, otros tenían brazos y piernas rotas.
Las bandas entraron a la carga, algunos montados a caballo o en camellos, pisoteando y golpeando a la gente. Algunos grupos se congregaron en los tejados alrededor de Tahrir y continuaron arrojando rocas a los manifestantes.
“Es una masacre”, decía Selma Al-Tarzi en mitad del ataque. “Tienen cuchillos, están lanzando bombas molotov, están quemando los árboles, nos están tirando piedras… esto ya no es una demostración más, esto es la guerra.”
Algunos de los atacantes fueron capturados. Sus documentos de identidad los revelaban que se trataba de policías vestidos de civiles. Otros parecían ser del grupo “baltagiya”, patrocinado por el estado, y empleados del gobierno. “En lugar de jóvenes uniformados tratando de parar a los protestantes, son jóvenes no uniformados tratando de pararnos”, decía Naguib.
Mientras tanto, las bandas a favor de Mubarak bloqueaban todas las entradas a Tahrir. Cantaban enfurecidos y echaban a empujones a la gente que trataba de entrar en la plaza. El ejército fue cómplice del asedio al prevenir la entrada a cualquier persona, incluso a los periodistas. El ataque continuó en el interior de la plaza durante varias horas. Al menos 600 personas resultaron heridas y una fue asesinada.
El levantamiento popular en Egipto ha sido objeto de un duro y brutal asalto desde que se iniciara hace nueve días. Esta era la verdadera cara del régimen de Mubarak que, con el apoyo de los Estados Unidos, ha mantenido reprimido al pueblo egipcio durante muchos años. Esta vez, sin embargo, el mundo entero estaba observando.
Si bien muchos manifestantes en favor de la democracia han dejado Tahrir en busca de la seguridad de sus hogares, un número importante permanece en la plaza y ha prometido no dejarla hasta que lo haga Mubarak. Queda por ver cómo responderán los manifestantes, pero el viernes será, sin duda alguna, un día decisivo.
Sharif Abdel Kouddous es productor jefe de radio y televisión para Democracy Now!
Síguelo en Twitter en @sharifkouddous.