Al menos seis personas murieron en el más reciente ataque del gobierno sirio contra los manifestantes. Los testigos dicen que las víctimas fueron asesinadas a balazos cuando las fuerzas sirias asaltaron una mezquita vinculada a la oposición en la ciudad de Daraa. Presuntamente muchos civiles también resultaron heridos. Miles de personas marcharon en Daraa esta semana luego de las muertes previas de cinco manifestantes. La policía siria fue acusada de disparar municiones reales y gas lacrimógeno. En la Organización de las Naciones Unidas, Rupert Colville, de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, se manifestó alarmado por la represión siria.
Colville dijo: “Nos preocupan mucho los recientes asesinatos de manifestantes en Siria y reiteramos la necesidad de poner fin de inmediato al uso de la violencia excesiva contra los manifestantes pacíficos. Especialmente el uso de municiones reales”.