En un discurso televisado en todo el país ayer por la noche, el Presidente Barack Obama defendió su decisión de autorizar el ataque liderado por Estados Unidos en Libia. Obama dijo que Estados Unidos tenía el deber humanitario de impedir las atrocidades en el extranjero.
El Presidente afirmó: “Hemos intervenido para detener una masacre, y trabajaremos con nuestros aliados y socios mientras éstos estén a la cabeza para mantener la seguridad de los civiles. Le negaremos armas al régimen, le cortaremos el suministro de dinero, ayudaremos a la oposición y trabajaremos con otros países para que Gaddafi abandone pronto el poder. Quizá no pase de un día para otro, ya que un Gaddafi muy debilitado trata desesperadamente de aferrarse al poder, pero debería quedar claro a quienes están en su entorno y a cada libio que la historia no está del lado de Gaddafi”.