Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia se comprometieron a continuar sus operaciones militares en Libia hasta que Muammar Gaddafi sea derrocado. En una declaración conjunta, los tres países afirmaron: “Es impensable que alguien que intentó masacrar a su propio pueblo pueda formar parte de un futuro gobierno… El coronel Gaddafi debe irse, para siempre”. La afirmación va más allá del mandato de las Naciones Unidas que autoriza ataques aéreos para proteger a los civiles e imponer una zona de exclusión aérea. El baluarte rebelde de Misurata sigue bajo fuego intenso de las fuerzas de Gaddafi. Los testigos afirman que fueron lanzados más de 120 cohetes contra esa ciudad en el día de hoy, y que como consecuencia murieron ocho personas y otras siete resultaron heridas. Aproximadamente 23 personas fueron asesinadas en ataques realizados el jueves por las fuerzas de Gaddafi. Mientras tanto, en Trípoli, un vocero gubernamental dijo que en los ataques aéreos internacionales murieron civiles.
El vocero declaró: “Algunos civiles murieron aquí en Trípoli, sé que tres hombres que pasaban por un puesto de control fueron asesinados en el sur de la capital. También sé que dos hombres fueron asesinados hoy en Sirte”.