Al menos 40 civiles murieron presuntamente en Siria el martes, en medio de la creciente presión internacional sobre el Presidente Bashar al-Assad para que ponga fin a la represión que lleva a cabo sobre manifestantes opositores a su gobierno. Grupos de derechos humanos sirios afirman que 26 personas fueron asesinadas al norte de Hama, mientras que otras diecisiete murieron en Deir ez-Zor. Los hechos de violencia tuvieron lugar al tiempo que el canciller de Turquía Ahmet Davutoglu exhortó a Assad a poner fin a la represión durante una reunión que mantuvieron en persona, en la ciudad capital de Siria, Damasco. Davutoglu afirma que exhortó a Assad a dejar de atacar a civiles.
Ahmet Davutoglu dijo: “Tuvimos oportunidad de compartir con el Sr. Assad, en forma clara y transparente, los pasos que pueden darse a fin de evitar que el ejército se enfrente cara a cara con el pueblo, y a fin de evitar más situaciones de tensión como lo que ocurrió en Hama”.
Mientras tanto, el gobierno de Barack Obama se prepara presuntamente para exigir explícitamente la partida de Assad y para imponer nuevas sanciones a su gobierno. Se espera un comunicado oficial para esta semana.