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El levantamiento en Siria, que ya lleva dieciséis meses, ha entrado en una etapa de incertidumbre tras el atentado con bomba del miércoles que mató a tres miembros del círculo íntimo del presidente Bashar al-Assad, incluyendo al ministro de Defensa, al ministro del Interior y a su cuñado. Se ha informado sobre la existencia de combates entre las tropas gubernamentales y los rebeldes de la oposición en toda la ciudad de Damasco, incluso en cercanías del palacio presidencial. Se comunica con nosotros desde Siria una activista que pidió mantener el anonimato para proteger su seguridad. “Están perdiendo el control”, afirma acerca del régimen. “Mucha gente se alegra por [el atentado] de ayer, pero a nosotros, básicamente, nos da mucho miedo. ¿Que va hacer el régimen ahora?”
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