El enviado de las Naciones Unidas para Siria ha dimitido después de dos años de esfuerzos fallidos para mediar un fin a la guerra civil del país. Lakhdar Brahimi renunciará oficialmente al terminar este mes, y brindó unas palabras de despedida tras su último discurso ante el Consejo de Seguridad.
Brahimi expresó: “Estoy seguro de que la crisis va a terminar. La pregunta es, solamente, y todo aquel que tenga responsabilidad e influencia sobre la situación debe recordarlo, la pregunta es ¿cuántos muertos más, cuánta destrucción más habrá antes de que Siria vuelva a ser la Siria que conocimos? La nueva Siria será diferente de la del pasado, pero será la Siria que hemos amado y admirado por muchos, muchos años”.
El conflicto sirio ha causado más de 150.000 muertes y el desplazamiento de millones de personas. Brahimi había amenazado repetidamente con su renuncia si el diálogo entre el régimen de Assad y los rebeldes de la oposición no despegaba. El martes, el secretario general Ban Ki-Moon rindió homenaje a los esfuerzos de Brahimi.
Ban Ki-Moon enunció: “El señor Brahimi ha sido reconocido como uno de los diplomáticos más brillantes del mundo y uno de los defensores destacados de los principios de la Carta de la ONU. Es una tragedia para el pueblo sirio que el objetivo al que aplicó sus talentos extraordinarios haya sido difícil de lograr. Es un fracaso de todos nosotros que sus esfuerzos no hayan recibido el apoyo eficaz del órgano de Naciones Unidas que se encarga de la defensa de la paz y la seguridad y de los países con influencia en la situación de Siria”.