Reservistas del ejército israelí se niegan a servir en la “operación brutal realizada en nuestro nombre”

Reportaje24 de julio de 2014

Mientras el gobierno de Israel promete que los ataques sobre Gaza continuarán “el tiempo que sea necesario,” nos acompañan dos israelíes que se están negando a prestar servicio como reservistas en el ejército de su país. El martes, el Washington Post publicó una carta abierta, firmada por Yael Even Or, que se titula: 'Somos reservistas israelíes. Nos negamos a servir', y da a conocer que más de 50 ex soldados israelíes han firmado una declaración en la que se niegan a formar parte de las reservas del ejército israelí. “Esta declaración, que viene de un largo proceso, tiene una urgencia especial debido a la brutal operación militar que está teniendo lugar ahora en nuestro nombre”, escribe Even Or. Ella es una periodista y activista israelí que durante su servicio militar se ocupó de hacer evaluaciones para el departamento de reclutamiento del ejército israelí. Even Or luego se graduó en Relaciones Internacionales en la universidad New School de Nueva York. Hoy nos acompaña para hablar acerca de esta carta publicada por los y las reservistas. También nos acompaña, desde Tel Aviv, Yonatan Shapira, ex capitán y piloto de la fuerza aérea israelí, cuya firma encabezó, en 2003, una carta de 27 pilotos israelíes que se negaban a participar en operaciones militares contra la población palestina.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido continuar la campaña militar de Israel contra Gaza por, “el tiempo que sea necesario”. Sin embargo, dentro del ejército israelí no toda la gente apoya el ataque que se está llevando a cabo contra los palestinos, que ya lleva 17 días. El martes, el Washington Post publicó un artículo de Yael Even Or titulado “Somos reservistas israelíes. Nos negamos a servir”. Allí da a conocer que más de 50 ex soldados israelíes han firmado una declaración en la que se niegan a formar parte de las reservas del ejército israelí. Yael Even Or escribe: “Esta declaración, que viene de un largo proceso, tiene una urgencia especial debido a la brutal operación militar que está teniendo lugar ahora en nuestro nombre. Y si bien los soldados de combate son quienes que sostienen principalmente la guerra actual, su trabajo no sería posible sin las diversas funciones administrativas que hemos desempeñado la mayoría de nosotros. Así que si hay motivos suficientes para oponerse a las operaciones de combate en Gaza, también hay motivos para oponerse al aparato militar israelí en su conjunto. Ese es el mensaje de esta declaración”, dice el artículo.

Bueno, para ampliar esta información nos acompaña su autora, Yael Even Or. Ella es una periodista y activista israelí que, durante su servicio, evaluaba candidatos para el departamento de reclutamiento del ejército israelí. Ahora estudia un posgrado en relaciones internacionales en la universidad The New School.

Y desde Tel Aviv, nos acompaña Yonatan Shapira, ex capitán y piloto de la fuerza aérea israelí. Fue uno de los impulsores de una carta firmada por 27 pilotos israelíes en el año 2003, que se negaron a participar en las operaciones militares israelíes contra la población palestina. Shapira también se ha sumado, en Israel, al movimiento por el Boicot, Desinversión y Sanciones, conocido como BDS. Yael Even Or y Yonatan Shapira, muchas gracias por estar con nosotros. Quiero comenzar contigo, Yonatan, que estás en Tel Aviv. Cuéntanos cómo es el clima ahora en Tel Aviv y dónde estás parado tú, 10 años después de negarte a atacar a palestinos como piloto de la Fuerza Aérea israelí.

YONATAN SHAPIRA: Hola, Amy. La comunicación no se escucha perfecto, pero voy a hacer mi mejor esfuerzo. Antes de responder concretamente a tu pregunta, tú me preguntas dónde estoy parado. Entonces, si el camarógrafo pudiera hacer una toma un poco más amplia, si me doy vuelta, puedo mostrarles el centro de Tel Aviv. Pueden mirar detrás mío. Al camarógrafo no le gusta mucho esto, pero se pueden ver las oficinas centrales de la Kirya, a pocos metros del hospital más grande de Tel Aviv, Ichilov. Se pueden ver todos estos edificios justo detrás de mí, en este encuadre de la cámara. Justo al lado, está la torre más grande que hay de este lado de Tel Aviv. Es la Torre Hashalom, la Torre de la Paz. Y creo que, simbólicamente, esto cuenta todo el asunto. Todo el tiempo se habla de cómo los miembros de Hamas se rodean de niños y los usan como escudos. Ya van 160 niños muertos, hasta el momento, y alrededor de 730, 740 personas en total, la mayoría civiles. E Israel sigue utilizando este argumento de que los miembros de Hamas se rodean con niños. Y quiero que mires esta imagen y me digas qué piensas. Realmente se puede ver la torre y sus antenas. Esa es la oficina central de la Kirya, del gobierno, la oficina central del ejército, el ejército israelí que controla Gaza, controlar el aire, el mar, en la zona de Cisjordania, en todas partes. Y a pocos metros de allí está Ichilov, y está básicamente el centro de la ciudad de Tel Aviv. Así que creo que esto es muy importante, especialmente para los judíos liberales que ahora están defendiendo y apoyando la maquinaria de propaganda israelí.

En cuanto a dónde estoy yo parado, después de 10 u 11 años de haberme negado a servir, siento que la situación es como que uno siente que va por un camino, y poco a poco todos los demás, o casi todos los demás, se van alejando, muy, muy hacia tu derecha. Hoy somos una minoría de la minoría de activistas en Israel. Por supuesto que cada vez hay más gente, pero todavía somos una muy, muy pequeña minoría. Tenemos gente presa. Tengo un amigo que será encarcelado el lunes por negarse a alistarse en el ejército. Actualmente hay algunas personas presas.

Pero, más en general, en mi país hay una enfermedad, una enfermedad que se está propagando muy rápido, y se llama fascismo y racismo. El fascismo y el racismo son ahora la mayor amenaza del pueblo judío en Medio Oriente. Y yo sólo puedo gritar y vociferar, y pedirles a todos los que nos están escuchando ahora que se unan al movimiento BDS, el movimiento de boicot, desinversión y sanciones, y que intenten poner una presión enorme sobre sus dirigentes, dondequiera que estén, para que ellos, a su vez, nos ayuden a los que estamos aquí a detener esta masacre, detener esta continua masacre de personas inocentes. Tengo amigos que en Gaza, que ayer llamaron y nos contaron que su casa en Shejaiya fue arrasada. Ahora lo único que tienen es el teléfono móvil, y una familia de nueve personas se está escondiendo en el Hospital Al-Shifa. Esto son crímenes de guerra. Esto es una masacre continua de personas inocentes. Y esa es la discusión que hay que dar. Eso es lo que tenemos que estar discutiendo, cómo detenerlo.

AMY GOODMAN: Yonatan, permíteme…

YONATAN SHAPIRA: Estoy muy sensible con esto, porque incluso puedo sentir cómo… Sí, dime.

AMY GOODMAN: Quiero incluir a Yael en la conversación.

YONATAN SHAPIRA: Sí, adelante.

AMY GOODMAN: Esta es Yael Even Or, autora del artículo que mencionamos en The Washington Post. ¿Puedes contarnos cómo tomaste esta decisión, Yael?

YAEL EVEN OR: Sí. En primer lugar, debo decir que tanto el momento como el formato fueron elegidos en función de la urgencia de este asunto y de nuestro llamado al gobierno israelí a detener el ataque a Gaza. Pero como mencionamos en la carta, fue algo que planeamos durante mucho tiempo. Para mí, personalmente, comenzó cuando decidí que no quería ir a cumplir con mis obligaciones como reservista, y eso sucedió después de que el ataque a Gaza en 2008. Pero me di cuenta de que en el puesto que tenía, en mi unidad, no era realmente necesario rehusarme. O sea, quiero decir, ahí no hay, no existe la objeción de conciencia, eso sólo se puede expresar en una declaración pública, no existe una categoría para esto en el ejército. Así que no sabía cómo, la forma que encontré de negarme a servir fue no responder las llamadas telefónicas del ejército, diciendo que estaba en la universidad. Me había mudado aquí para hacer mi maestría, así que, estando aquí no me pueden llamar. Pero nunca había declarado las razones por las cuales estaba decidiendo no servir en el ejército. Y encontré otras personas, hasta ahora 56 personas más, que sentían lo mismo. Y decidimos que queríamos decirlo, emitir una declaración pública diciendo por qué no vamos a servir en el ejército, incluso cuando ya habíamos encontrado una forma de zafar, o alguna exención por otros medios. Y la decisión de publicarlo ahora tiene que ver con la operación en curso, pero en la carta, como se puede ver, tratamos de hablar acerca de cuestiones que van más allá de la operación actual, o no hablar de la ocupación sólo en su sentido más limitado.

AMY GOODMAN: Entonces, ¿por qué no nos cuentas? Cuéntanos qué es lo que explican en la carta.

YAEL EVEN OR: Bueno, creo que una de las cosas principales es probablemente la sensación, que tenemos muchos de nosotros, de que hay una suerte de indiferencia o desconexión entre las acciones de los soldados y sus consecuencias violentas; la gente trabaja desde las oficinas en el centro de Tel Aviv, la Kirya que Yonatan acaba de mencionar, y en realidad no, o sea, es muy difícil percibir el significado de lo que haces, cuando sólo estás trabajando frente a una computadora. Creo que incluso cuando se habla de quienes se niegan a servir, el discurso y el debate por lo general se centra en lo que sucede en los Territorios Ocupados y en los enfrentamientos con palestinos; algo de lo que es realmente muy importante hablar. Pero eso deja fuera toda un área de la que se habla poco, que es nuestro trabajo administrativo, en las unidades de inteligencia y de equipamiento. Así que queríamos hablar de eso.

AMY GOODMAN: Quiero pasar a un vídeo publicado por las Fuerzas de Defensa de Israel, o IDF (por su sigla en inglés), para mostrar parte del trabajo que sus miembros hacen para mantener a salvo a la población civil israelí. Veamos un fragmento.

NOY EISEN: Como nuestro país está rodeado de enemigos, tenemos que estar siempre preparados. Un día tu vida puede ser normal, y al día siguiente te puede caer una bomba o misiles. Mi nombre es Noy Eisen y mi trabajo es dar entrenamiento para situaciones de emergencia. Me siento muy orgullosa de lo que hago, y me siento muy satisfecha de saber que realmente ayudo a la gente a salvar sus vidas. Esto es muy importante.

AMY GOODMAN: Yael Even Or, ¿qué opinas de este video?

YAEL EVEN OR: Bueno, definitivamente creo que es parte de lo que intentando poner en discusión, esta idea de tener soldados-profesores y soldados yendo a escuelas, y que los niños desde muy temprana edad estén en contacto con soldados. Esto es parte de la militarización de la que estamos intentando hablar. Tener uniformes y armas y profesores usando uniformes es algo tan normal en Israel, que genera la idea de que todos somos parte de esto, parte del ejército. Y creo que esto limita nuestra capacidad de pensar qué se puede hacer, o más a largo plazo, de pensar más a largo plazo, en una verdadera justicia transicional en la zona.

AMY GOODMAN: Vamos con Yonatan Shapira, en Tel Aviv. Cuando resististe en 2003, negándote, como piloto de la Fuerza Aérea, como capitán, a atacar a la población palestina, ¿cuáles fueron las consecuencias que viviste? Eras parte del grupo de élite que son los pilotos de la Fuerza Aérea; y tu familia, vienes de una familia de pilotos.

YONATAN SHAPIRA: Bueno, en primer lugar, por suerte, yo sólo volaba helicópteros de rescate y trasladaba soldados, pero sentía que mi responsabilidad era de todas maneras tan grande como la de los pilotos que atacan y tiran las bombas. La reacción fue, por supuesto, que el ejército nos despidió, y por supuesto, dijeron que estaba mal lo que hicimos. Pero hubo aproximadamente una quinta parte de la sociedad israelí, según una encuesta realizada por Radio Nacional de Israel, que apoyaba nuestra iniciativa. Una quinta parte, en aquellos días, significaba que un millón de israelíes se solidarizaban con las nuestros planteos, con el dilema que planteamos sobre la moralidad de estas acciones. Creo que algo interesante que está sucediendo ahora, es que todo el tiempo se escucha decir lo bien que actuamos, con cuánta moralidad.

Ayer escuché las noticias del ejército, y se estaba hablando de cómo los pilotos y soldados se quejan de todas las limitaciones que tienen que cumplir, a las que tienen que justarse para evitar el riesgo de herir a civiles. Así que todo el discurso se queda en lo buenos que somos y cómo estamos dispuestos a sacrificarnos y ponernos a nosotros mismos en peligro con el fin de tener la precaución de no matar a civiles, y mientras tanto, se lleva a cabo esta masacre demente que, por cierto, es mucho, mucho más intensa. Si nos fijamos en la masa de víctimas y de personas muertas en esos días, esto va mucho más rápido incluso que lo que fue la operación “Plomo Fundido”. De hecho, lo que el ejército hizo con nosotros, fue que nos dieron un tiempo de 10 días para pensar en el asunto y reunirnos con nuestros comandantes inmediatos en las bases, y luego fuimos invitados a una entrevista con el comandante del ejército. Y si ahí decíamos que no íbamos a retirar nuestras firmas de la declaración, que no nos arrepentíamos, entonces nos expulsaban de la Fuerza Aérea. Y recibimos una carta de despido diciendo que, bueno, lo primero decían en esta especie de documento legal fue que nos habíamos filmado y habíamos sido entrevistados usando el uniforme sin autorización. Se les hacía difícil llevarnos a juicio, por ejemplo, porque, bueno, en realidad nosotros queríamos eso. Cuando estaba frente al comandante de la Fuerza Aérea, le dije: “Bueno, me siento totalmente convencido e íntegro con todo lo que hemos hecho, y no tengo ningún problema en ir a la cárcel si usted puede probar y demostrar en un tribunal que nos negamos a cumplir órdenes legales. Creemos que todas estas órdenes son ilegales e inmorales. E incluso según las leyes del ejército israelí, se debe desobedecer una orden que es ilegal, inmoral y que va a herir a personas civiles e inocentes”. Por supuesto, el ejército, la Fuerza Aérea decidió no abrir ningún proceso judicial en contra nuestra, ya que sabían que eso nos serviría y nos daría una base para plantear estos temas e instalarlos cada vez más en la opinión pública, en el debate público dentro de Israel.

AMY GOODMAN: Yael, ¿existe la condición de objetor de conciencia en Israel?

YAEL EVEN OR: ¿Por ley, quieres decir? No, que yo sepa. O sea, se puede encontrarle la vuelta a través del pacifismo. Pero es muy poco común. Creo que, principalmente, si quieres declararte como objetor u objetora de conciencia, lo tienes que hacer diciéndolo en el ámbito público. El ejército evita dar este tipo de estatus y categorías, por obvias razones.

AMY GOODMAN: ¿Y cómo te contactaste con los otros reservistas que sumaron sus firmas a la carta? La han firmado cincuenta personas. ¿Y la lista sigue creciendo?

YAEL EVEN OR: Cincuenta y seis ya, sí.

AMY GOODMAN: Cincuenta y seis.

YAEL EVEN OR: Sí, y se siguen sumando. Bueno, me contacté con gente amiga y gente que conocía de mis círculos políticos, que sabía que habían estado en el ejército alguna vez y sabía que no, que no habían podido encontrar la manera de rehusarse, o de oponerse, o de asumir la responsabilidad por las acciones que habían cometido en el pasado, ya que al no ser soldados de combate, no tenían la posibilidad de ir a la organización “Breaking the Silence”, por ejemplo, o no podían rehusarse como lo han hecho los pilotos u oficiales de alto rango. De modo que queríamos crear una nueva categoría que nos incluyera a todos, y poder decir que todos participamos. Y, por supuesto, quizás sean diferentes los grados de responsabilidad, pero todos deberíamos asumirla.

AMY GOODMAN: ¿Y en cuanto a lo que plantea Benjamin Netanyahu, como ser, bueno, decir que Hamas es terrorista, que está disparando miles de misiles y aterrorizando al pueblo de Israel?

YAEL EVEN OR: ¿Me pides que responda a ese argumento? Bueno, mi familia y mis amigos están allí y definitivamente sufren con estos misiles, y sus vidas están en riesgo. Pero también, esta escalada, si ese es el término correcto, no empezó con eso, así que no creo que esa haya sido la razón para iniciar esta operación, ni para iniciar la operación en Cisjordania antes de eso. Pero sí creo que hay una manera, aceptando los términos de Hamas para un alto el fuego, por ejemplo, para detener los combates.

AMY GOODMAN: ¿Y eso sería?

YAEL EVEN OR: Bueno, uno de los…

AMY GOODMAN: ¿Cuál crees que sería el punto clave, lo más importante?

YAEL EVEN OR: Sí, bueno, eliminar el sitio, obviamente.

AMY GOODMAN: Tú dices “obviamente”, pero la mayoría de personas en Estados Unidos…

YAEL EVEN OR: Sí, sí, lo siento.

AMY GOODMAN: …no sabe qué es el estado de sitio al que te refieres. YAEL EVEN OR: Sí.

AMY GOODMAN: La mayoría de gente, basándose ​​en los medios de comunicación, ve que Israel está sitiada, por los miles de misiles que caen, pero no saben qué quiere decir que Gaza está sitiada.

YAEL EVEN OR: Sí. No quiero desestimar lo que la gente en Israel está viviendo en estos momentos. Creo que es un mal momento para los palestinos y para los israelíes también. Y obviamente, mi familia está allí, y mis amigos. Pero una de las cuestiones principales que planteamos es que parece muy fácil recurrir a una solución militar, a un ataque militar, en lugar de tratar de resolver las cosas por la vía política. O sea, ni siquiera, parece que eso ni siquiera se discutiera. Eso es lo que sentimos en estos momentos. Los misiles comenzaron después de algunos intentos de acuerdos políticos que fueron descartados muy ligeramente por el gobierno israelí.

AMY GOODMAN: Y, por último, Yonatan, tú estás ahí mismo, en Tel Aviv. Esta cuestión del sitio que le preguntaba a Yael, pensando en que la audiencia estadounidense no ha recibido buenas explicaciones lo que ha significado para Gaza estar bajo sitio todos estos años. ¿Puedes explicar técnicamente lo que eso significa?

YONATAN SHAPIRA: Técnicamente, Gaza es la prisión al aire libre más grande que hay. La gente que está allí no puede entrar y salir a voluntad. Pueden encontrar la forma de hacerlo gracias a los túneles, algunas veces, pero la mayoría de la población está encerrada allí, como prisioneros. Israel controla el aire. Israel controla el mar y la tierra. Y la pequeña franja que está bajo control de Egipto, básicamente está en coordinación con Israel y Estados Unidos, de modo que esto sigue siendo una jaula, con mil ochocientos millones de personas.

Yo he intentado, personalmente, con diferentes organizaciones, navegar hacia Gaza en una flotilla y romper simbólicamente el bloqueo, pero fuimos detenidos por las fuerzas de ocupación israelíes, alegando que somos peligrosos, porque podríamos estar llevando armas. Entonces, resulta tan ridículo ver cómo son las cosas ahora. O sea, supón que impidieron que nosotros lleváramos armas, pero no creo que Hamas haya tenido ningún problema para hacer entrar sus armas. Tal vez incluso de alguna manera paradójica esos misiles ayudan a Netanyahu y su gente. Porque yo estoy aquí, en Tel Aviv, y tengo una bebé de 10 meses, y tengo que abrazarla y llevarla al refugio cuando empiezan a caer los misiles, pero en realidad no es nada comparado con lo que la gente está viviendo en Gaza. Y tengo familia en Sderot, cerca de Gaza, y tengo incluso familiares que están en Gaza como soldados. Y creo que si tengo que pensar en una alegoría para describir esto, esta necesidad de Israel y mía también, de auto-protección, que por cierto es una cosa legítima; quiero vivir seguro, no quiero que nadie me bombardee, ni que me maten, ni a mi bebé. Me lo imagino como una violación en grupo. Y perdón por usar este lenguaje tan duro, pero cuando hay un grupo de personas que está violando a alguien, y esa persona que está siendo violada comienza a rasguñar, lo primero que se debe hacer para detener los rasguños es detener la violación. Y lo que Israel, el Israel oficial, está intentando continuar con la violación y a la vez lidiar con los arañazos. Y yo digo, detengan la violación, detengan la ocupación, detengan el apartheid. Detengan esta “guetización” inhumana del pueblo palestino, y luego, ahí podemos empezar a hablar y alcanzar acuerdos de paz y todas estas hermosas palabras, que ahora no significan nada para nosotros.

AMY GOODMAN: Yonatan Shapira, quiero darte las gracias por estar con nosotros. Ex capitán y piloto de la Fuerza Aérea israelí, fue uno de los impulsores de una carta firmada por 27 pilotos de la fuerza aérea en el año 2003, que se negaron a participar en las operaciones militares israelíes contra la población palestina. Y también quiero darte las gracias, Yael Even Or. Su firma encabeza la lista de nombres de la carta publicada por reservistas del ejército israelí. Ella escribió el artículo 'Somos reservistas israelíes. Nos negamos a servir' para el Washington Post . Actualmente es estudiante de posgrado en la universidad New School. Cincuenta y seis personas hasta ahora han firmado esa carta. Esto es Democracy Now! Cuando regresemos, nos vamos a Ucrania. Quédense con nosotros.

Traducido por Pablo Medina. Editado por Veronica Gelman, Clara Ibarra y Democracy Now! en Español

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