En la ciudad de México, miles de manifestantes marcharon el lunes con motivo de los cuatro meses de la desaparición de 43 estudiantes, ocurrida el pasado septiembre. Los estudiantes fueron supuestamente secuestrados por la policía local que trabajaba junto a bandas de narcotraficantes y según un informe, posiblemente con la participación de fuerzas federales. Las autoridades mexicanas dijeron que los estudiantes fueron incinerados en un basural por miembros de bandas de narcotraficantes, pero expertos forenses señalan que no pudieron hacer coincidir los restos incinerados encontrados en un basural con el ADN de los estudiantes desaparecidos. Solamente se identificaron los restos de un estudiante. Hilda Legideno, madre del estudiante desaparecido Jorge Tizapa, dijo que no confiaba en las declaraciones del gobierno.
Legideno expresó: “No son nuestros hijos, esas pruebas que realizan. No creemos en ellas. Nuestros hijos están vivos porque la policía los secuestró y el gobierno sabe dónde están. No creemos en esas pruebas. Los científicos refutaron la versión de la fiscalía y no le creemos”.