Las autoridades rusas confirmaron que una bomba causó que un avión de pasajeros se estrellara el mes pasado en la Península del Sinaí, Egipto. Las 224 personas que iban a bordo del avión murieron. El autodenominado Estado Islámico (ISIS) se había atribuido la responsabilidad del incidente, al afirmar que fue en represalia a los ataques aéreos rusos en Siria. Funcionarios rusos afirman que una investigación del incidente confirma que un “artefacto explosivo improvisado” estalló poco después de que el avión despegara de Sharm el Sheikh con destino a San Petersburgo. El presidente ruso, Vladimir Putin, prometió que intensificaría los ataques aéreos en Siria en respuesta al atentado.
Putin declaró: “El asesinato de nuestros ciudadanos en el Sinaí es uno de los más sangrientos debido al número de víctimas de esos crímenes. No podremos secar las lágrimas de nuestros corazones y nuestras almas, esto nos acompañará por siempre, pero no nos impedirá hallar y castigar a los culpables”.