“Maten todo”: soldados israelíes afirman que recibieron órdenes de fuego indiscriminado en Gaza

Reportaje06 de mayo de 2015

Un nuevo informe realizado sobre la base de testimonios de soldados israelíes llega a la conclusión de que la enorme cantidad de muertos civiles en el ataque israelí perpetrado el verano pasado sobre Gaza se produjo como resultado de una política de fuego indiscriminado. El grupo de veteranos israelíes Breaking the Silence publicó testimonios de más de sesenta oficiales y soldados israelíes que, afirma, ilustran un “amplio fracaso ético” que “proviene de los rangos superiores de la cadena de mando”. Más de dos mil doscientos palestinos fueron asesinados en el ataque, la gran mayoría civiles. Del lado israelí, setenta y tres personas fueron asesinadas, todas soldados, excepto seis de ellas. Durante la operación de cincuenta días, más de veinte mil hogares palestinos fueron destruidos y cientos de miles de personas permanecen desplazadas. Escuchamos testimonios de soldados conseguidos con una cámara oculta y hablamos con el ex paracaidista israelí Avner Gvaryahu, director de difusión del grupo Breaking the Silence.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

JUAN GONZÁLEZ: Comenzamos el programa de hoy presentando un nuevo informe basado en testimonios de soldados israelíes que concluye que la enorme cantidad de muertes civiles en el ataque israelí a Gaza del verano boreal pasado, fue resultado de una “política de fuego indiscriminado”. La organización de veteranos de guerra israelíes Breaking the Silence (Rompiendo el silencio) está difundiendo más de 60 testimonios de oficiales y soldados israelíes que consideran ilustrativos del “amplio fracaso ético” desde “lo más alto de la cadena de mando”. Más de 2.200 palestinos murieron en el ataque, en su gran mayoría civiles. Del lado israelí, perdieron la vida 73 personas, todos soldados, menos seis. Durante la operación, que duró 50 días, más de 20 mil viviendas palestinas fueron destruidas dejando cientos de miles de personas desplazadas hasta la actualidad.

AMY GOODMAN: Breaking the Silence realizó también un video, en el que un sargento del ejército israelí, con voz distorsionada, cuenta que un comandante le dijo: “No hay civiles inocentes” y que debía asumir que cualquier persona que estuviera a 200 o 400 metros de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés), era un enemigo.

SARGENTO PRIMERO IDF: El comandante anunció: “Gente, mañana entramos. Quiero que estén decididos, concentrados en sus tareas y seguros. La nación entera está detrás de ustedes”, el discurso habitual. Y luego habló de las reglas de combate. Textualmente dijo: “Las reglas de combate son: Cualquier persona que se encuentre a una distancia que podría ponerlos en riesgo, la matan sin necesidad de autorización”. Esto quiere decir que cualquier persona que se encontrara a una distancia de 200, 300, 400 metros de nosotros, no se consideraba un civil común y corriente. De acuerdo con la lógica de las IDF, si está ahí es por algo, porque un civil común y corriente huiría de la zona, entonces si alguien se queda, hay que matarlo sin necesidad de pedir autorización. Para mí, era escalofriante. Le dije: “Déjeme ver si lo entiendo bien. Si veo a alguna persona en el barrio al que vamos a entrar, ¿la localizo y la mato?” Él dijo: “Sí. Cualquier persona sensata que vea un batallón de tanques entrando a su barrio, huirá. Si se queda, es porque está en algo. Y si está tramando algo, es en contra tuyo. Así que dispárale”. Entonces traté de ir un poco más allá y le pregunté: “¿Y si es un civil inocente?” Él dijo: “No hay civiles inocentes. Debes asumir que cualquier persona que esté dentro de la zona de batalla, a 200, 300, 400 metros de distancia, es tu enemigo”.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a un soldado israelí de las Fuerzas de Defensa, las IDF, que sirvió en combate durante el ataque israelí a Gaza del año pasado, al que se denominó “Operación Margen Protector”. Su testimonio es parte del informe recién publicado por la organización de veteranos de guerra Breaking the Silence. Para ampliar esta información, vamos a Tel Aviv, Israel, donde nos acompaña Avner Gvaryahu, director de comunicación de Breaking the Silence y ex soldado de las IDF, que sirvió entre 2004 y 2007 como sargento en una unidad de operaciones especiales en la zona de Nablús y Jenín. Avner, bienvenido a Democracy Now! Cuéntanos sobre la gente que está dando su testimonio, cuántos son, y por qué ustedes están haciendo esto ahora.

AVNER GVARYAHU: Hola, Amy. Somos una organización, Breaking the Silence, un grupo de ex soldados de las IDF, de hecho, algunos de nosotros todavía somos soldados de las FDI en la actualidad. A lo largo de los años, hemos tenido contacto con más de mil soldados. Y en esta ocasión, este verano, cuando terminó el verano y nos dimos cuenta, vimos el enorme daño causado y nos dimos cuenta de que algo iba terriblemente mal. Y de hecho, comenzamos a recibir llamadas telefónicas y correos electrónicos de soldados que habían sido parte de esta operación. Y luego nosotros mismos empezamos a llegar a la gente. Así que estamos hablando de, como mencionabas, más de 60 soldados. Un tercio de ellos son oficiales, que para nosotros es un número muy alto. Y se trata de personas que sirvieron en esta operación con diferentes cargos, en diferentes unidades. No se trata de soldados que estaban todos en un solo lugar concreto, sino de soldados ubicados a lo largo de toda la Franja, en diferentes posiciones y cargos. Y creo que la lectura de estos testimonios, definitivamente es lo que me generó a mí, a nosotros en la organización, creo que deja muy, muy claro, que hubo algo terriblemente mal hecho, terriblemente mal. Y lo mínimo que podemos hacer es escuchar a los propios soldados que hemos enviado a combatir en nuestro nombre.

JUAN GONZÁLEZ: Avner, cuáles son las sanciones; vemos que en el video, los soldados son anónimos, sus identidades no se revelan. ¿A qué sanciones se enfrentan por hablar? ¿Y cómo hicieron para reunir tanta gente, tantos testimonios en un video?

AVNER GVARYAHU: Bueno, realmente no es una tarea fácil. No es sencillo expresarse públicamente hoy dia en Israel. Definitivamente es algo difícil. Y quiero aclarar que los soldados que permanecen anónimos, así como todos los testimonios que nosotros tomamos, son así, cara a cara, de modo que conocemos a cada una de las personas que declaran. Pero por diversos motivos hemos decidido asegurarnos de que todos los testimonios que presentamos sean anónimos. Pero ellos no tienen miedo de las sanciones. No temen por las repercusiones legales. Lo que realmente temen es la reacción de su sociedad y el hecho de que van a ser tomados como chivo expiatorio. Y creo que algo importante que siempre tratamos de plantear es que el problema no está en los soldados que se animan a expresarse y denunciar. En todo caso, según mi perspectiva, los soldados que salen a hablar públicamente, son tal vez un camino a la solución. Realmente están logrando señalar o llamar la atención sobre las órdenes que reciben de arriba. Y la idea es tratar de llevar el debate hacia eso, generar un debate público más amplio sobre la forma en que hacemos nuestras guerras, la forma en que luchamos en Gaza, así tal vez logremos que la próxima vez las cosas no sean tan así, o quizás que directamente no ocurran estas cosas.

AMY GOODMAN: En el fragmento que veremos a continuación, un sargento primero cuenta que recibió la orden de su comandante de disparar al azar en un barrio de la Franja de Gaza durante el ataque del pasado verano boreal.

SARGENTO PRIMERO IDF: Entonces dio la orden: “Chicos, van a estacionar los tanques en fila. Asuman posición frente al barrio Al-Bureij y prepárense para el contacto”. El contacto significa que hacemos una cuenta regresiva de tres, dos, uno, fuego; y todos disparamos al mismo tiempo. Recuerdo que pusimos todos los tanques en fila y yo, personalmente, le pregunté a mi comandante: “¿Hacia dónde disparamos?” y él respondió: “Donde quieras”. Mas tarde, los otros chicos también comentaron que cada quien eligió el blanco que le pareció. Y él dijo por radio: “Buenos días, Al-Bureij. Chicos, vamos a hacer un 'Buenos días, Al-Bureij'”. Eso significaba despertar al barrio, para mostrar la presencia de las fuerzas de defensa israelíes y como acto disuasivo. Recuerdo que todos los tanques estaban en fila. El nuestro también. Y yo, que era el tirador, miré hacia una casa, una casa muy alta en el centro del barrio, a unos 2 mil metros de distancia, unos dos kilómetros. Y le pregunté a mi jefe: “¿Hacia qué parte de la casa apunto?” Él dijo: “Apunta un poco hacia la derecha, un poco hacia la izquierda, a esa ventana, a ese piso. Tres, dos, uno, fuego”. Y todos disparamos de manera dispersa, por supuesto. Sin embargo, nadie disparaó contra nosotros en ningún momento.

AMY GOODMAN: Escuchábamos nuevamente a un soldado, con la cara borrosa y la voz distorsionada a propósito. Nuestro invitado es Avner Gvaryahu. La persona que hablaba recién es sargento primero de las Fuerzas de Defensa de Israel. Entonces, tú entrevistaste, o ustedes, desde Breaking the Silence, entrevistaron a unos 70 oficiales, soldados ¿es así? ¿Tienen todo eso filmado?

AVNER GVARYAHU: Entrevistamos un poco menos de 70 soldados, muchos de ellos oficiales. No todos fueron filmados. Solo algunos de ellos estuvieron dispuestos a ser filmados, por los motivos que mencioné recién. O sea, se trata de un temor real con el que yo también me identifico. Pero aún así, sintieron dentro suyo las ganas y la necesidad de expresarse y contar su experiencia. El fragmento, ese testimonio específico que veíamos era, como mencionaste, de un soldado que era artillero en el Cuerpo de Blindados. Creo que lo interesante de este testimonio es que en realidad no es muy excepcional. Varios soldados, de diferentes lugares cuentan historias muy similares, situaciones de este tipo. Y los relatos que nos siguen llegando dan cuenta del hecho de que, básicamente, a los soldados se les dijo, casi constantemente, primero que nada, que disparen, lo que no concuerda con el procedimiento establecido. Como punto de comparación, durante la Segunda Intifada, en el año 2000, en la Franja de Gaza, para poder disparar, para que un tanque o un artillero disparese un proyectil desde el tanque, necesitaba la autorización del oficial a cargo de su batallón. En esta ocasión, se trata de, en esta vuelta, de soldados que eran muy, muy jóvenes, a veces tanto como el comandante del tanque que daba estas órdenes. Entonces, básicamente, los soldados recibieron casi constantemente la orden de disparar. Y esto sucedía, como acabamos de escuchar, muchas veces en zonas en las que no había nadie disparándoles a ellos, muchas veces apuntaban a lugares sin siquiera saber a qué le estaban disparando.

JUAN GONZÁLEZ: Avner, un soldado dijo que su unidad trató de disparar toda la munición de ametralladora que les quedaba antes de que llegara el reabastecimiento, incluso sin haber identificado sus objetivos de ataque. Vamos a escucharlo.

SOLDADO IDF: Recuerdo una vez que teníamos el puesto mirando hacia un valle y decidimos, sabíamos que que estaba por llegar el reabastecimiento de municiones, así que no nos importaba cuánta munición gastábamos en el camino. Sentíamos que teníamos que usar el máximo que pudiéramos de munición. Así que comenzamos a disparar toda la pólvora de la ametralladora, que son miles de balas. Y seguimos disparando y disparando, casi sin parar, hasta que se sobrecalentó el barril. Cuando eso pasa, se dice que se “derritió el barril”. Cambia de forma y ya no se puede volver a usar. Pero eso no nos importaba, porque sabíamos que nadie pediría explicaciones.

JUAN GONZÁLEZ: Entonces, Avner Gvaryahu, ¿qué dijeron los soldados sobre las reglas de combate que les transmitieron sus oficiales para este conflicto?

AVNER GVARYAHU: Bueno,creo que ese es una de las cuestiones más interesantes que surgen aquí: las reglas de combate. Como ustedes mencionaron antes, yo fui paracaidista en el ejército. Y también fui sargento, comandante de soldados. Y conocía bien las reglas de combate, aunque las hacen bastante concisas. Básicamente, una de las cosas que me enseñaron fue que si tienes alguna duda, entonces no hay duda sobre qué hacer. ¿Qué significaba eso, cuando yo era soldado? ¿Qué significa eso cuando yo servía en Cisjordania? Básicamente, que no hay que pensar dos veces, sino por lo menos, tres o cuatro veces antes de disparar, porque si hay siquiera una pequeña duda, entonces es mejor no cometer un error; si hay duda, mejor no disparar. Lo que vemos en la Franja de Gaza es, básicamente, el intento del ejército de eliminar la noción de duda. A los soldados se les dijo —y esto sucedió todo a lo largo de la Franja de Gaza, en todo el espectro— se les dijo que las zonas en las que estaban entrando eran zonas donde no había civiles. La cuestión es que las IDF lanzan advertencias para la población civil cuando los soldadoes están por entrar en una zona. Lanzan folletos desde el aire, a veces hacen llamadas telefónicas. Pero una vez que se hizo la advertencia, según la mentalidad militar, cualquiera que se queden en esa zona se convierte en un enemigo. O sea, a partir del momento en que se tiran esos panfletos y se llama a algunas casas, no a todas, ahí el ejército israelí comienza a bombardear proyectiles de artillería sobre esas áreas. Así que los soldados están, básicamente, entrando en un área en la que se les dijo, y desde nuestra perspectiva consideamos que se les mintió, que no había civiles. O sea, ¿por qué estoy diciendo con tanta certeza que se les mintió? Porque en los testimonios que recibimos, escuchamos una y otra vez que aún había gente palestina en esos barrios. Ahora, yo no sé por qué estaban allí. Algunos tal vez se quedaron porque miembros de Hamas los obligaron. Tal vez así haya sido en algún caso. Pero en otros casos, sabemos que había gente que estaba allí simplemente porque no podía irse, personas mayores, personas con discapacidad; o por motivos que desconocemos, tal vez no querían abandonar su propiedad, hubo gente que se quedó. En uno de los testimonios un soldado cuenta que entró en una casa y encontró unas 30 o 40 personas ahí. Bueno, pensemos en la mentalidad de un soldado y lo que escuchamos recién en el último testimonio, los soldados estaban bajo la falsa suposición de que estaban entrando en un área donde no había civiles.

AMY GOODMAN: En…

AVNER GVARYAHU: Y uno de los poderosos testimonios… ¿sí?

AMY GOODMAN: Quisiera pasar otro fragmento, de un soldado de las IDF que cuenta cómo, durante el ataque a Gaza del año pasado, disparaban libremente a las casas con el fin de: “hacer sentir su presencia”.

SARGENTO PRIMERO IDF: Cuando teníamos que hacer tiempo, es decir que no teníamos que cubrir a alguna unidad de infantería o tomar una casa, cuando no había nada que hacer, la indicación era que de tanto en tanto, un tanque se pusiera en posición, lo que significaba que tenía que conducir hacia un punto donde pudiéramos ver toda la zona y, por decirlo de alguna manera, “hacer sentir nuestra presencia” disparando un proyectil o una ametralladora, para recordar a la gente de Gaza que estábamos ahí y que debían comportarse. Muchas veces, estábamos sentados dentro del tanque con un calor sofocante, sudando la gota gorda, medio dormidos y medio aburridos, y de repente recibíamos a una llamada de radio: “Tanque 1A, asuma posición y dispare un proyectil”. Entones el tanque 1A subía por alguna rampa de las que había creado la topadora. Luego mirábamos alrededor y pensábamos: “¿Cuál de estas casas queremos bajar? Démosle a ésta”. “¿Podemos dispararle?” “Sí”. Boom. La persona que decía que sí no era el comandante de la compañía ni el comandante de batallón, ni siquiera un oficial. Era el comandante del tanque, un sargento. De modo que eso es lo que hacíamos para matar el tiempo. Incluso nos turnábamos con nuestros tanques y conduciríamos hasta allí para disparar. Tengo una buena historia sobre esto, que recuerdo con claridad. Subí con el tanque a la rampa, eran cerca de las 9 o 10 de la mañana, pero no quería disparar a una casa, realmente, porque era mi primer día y todavía sentía que eso estaba mal. Todavía tenía me generaba un conflicto moral hacerlo. Así que mi comandante me dijo: “Adelante. Dispara. ¿A dónde quieres disparar?” Apunté al; yo era el tirador, así que apunté y disparé. Apunté a un letrero de metal escrito en árabe, que decía algo así como: “finca privada, no pasar”. Y hacia ahí disparamos. De modo que destruimos medio bosque, destruimos su cartel y sus olivos, sólo porque no teníamos nada que hacer. También hubo una vez que fui hacia la rampa, vi una casa, y decidí que me molestaba que fuera una casa de color púrpura. Así que pregunté: “¿Puedo dispararle?” “Claro, adelante”. Y boom. Sin ninguna supervisión. A nadie le importaba y punto. Esas eran nuestras reglas de combate durante la operación Margen Protector.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a un soldado de las IDF contando lo que ocurrió el año pasado, durante el ataque israelí contra Gaza y describiendo su participación en lo que se denominó “operación Margen Protector”. Avner, ¿qué nos puedes decir sobre esto? Y también, antes te corté cuando estabas hablando acerca de otro testimonio.

AVNER GVARYAHU: Sí, yo sólo quería, bueno, más alla de los casos específicos, algo de los que muchísimos soldados hablan es del estado mental que tenían. Y uno de ellos lo describe muy bien, creo yo. Él dice: “Después de tres semanas en la Franja de Gaza, disparándole a todo lo que se mueve y también a lo que no se mueve, con un poder de fuego tremendo, como que lo bueno y lo malo se entremezclan, y la moral como que desaparece”. Y luego dice: “Es como que se convierte en un juego de video que está buenísimo y es muy real”. La verdad del asunto es que esto es algo que a mí me resuena. Yo no serví en la Franja de Gaza; serví en Cisjordania. Pero estas son cosas que hemos escuchado de los soldados durante esta década que llevamos recopilando testimonios. Creo que lo que pasó en la Franja de Gaza en esta ocasión, donde hubo una increíble cantidad de disparos, ahí es donde realmente se ve como los soldados usan esta, bueno, esta habilidad de una manera totalmente indiscriminada. Y tengo que decir que no creo que fuera, creo que hay una diferencia entre disparar indiscriminadamente y disparar intencionalmente. Tal vez el resultado es el mismo, pero hay una diferencia. O sea, la matanza de gente palestina inocente no fue un daño intencional, sino que, cuando vemos las órdenes que recibieron los soldados, cuando vemos la forma en que se usó la fuerza en Gaza, ahí es donde empieza el problema, porque a los soldados realmente se les dijo que no había civiles inocentes. Y es por eso que oímos y vemos estos testimonios.

JUAN GONZÁLEZ: Bueno, aquí hay otro testimonio, en el que un soldado israelí cuenta que recibió instrucciones de disparar a cualquier persona que estuviese mirando hacia su ubicación, considerándolo un centinela de Hamas o de otras milicias contra las que se debía disparar.

SOLDADO IDF: Pero cuando veíamos a alguien, no podíamos saber si se trataba de alguien que estaba vigilando o era simplemente alguien parada cerca de una ventana, si estaba levantando la cabeza o estaba fumando un cigarrillo. Y a veces esa persona se encontraba muy lejos. A través de la mirilla se puede ver a alguien a una distancia de dos kilómetros, pero él ni siquiera sabe que tu estás ahí, por lo que no se esconde. Sólo ves que hay alguien cerca de una ventana, que podría ser un centinela pero nunca se sabe realmente. Y las órdenes que recibimos eran: “Si ven una persona parada cerca de una ventana, disparen”.

JUAN GONZÁLEZ: Y ahora escucharemos a un soldado israelí contando cómo se sintió al final del ataque a Gaza.

SARGENTO PRIMERO IDF: Cuando terminó la operación Margen Protector no me sentía nada bien. Perdí a un amigo allí y otros amigos resultaron heridos, pero sobre todo, me sentí mal en el aspecto moral. Sentí que habíamos disparado a las casas así porque sí, sin siquiera saber si había alguien adentro. Disparamos a los autos, a las ambulancias, hicimos cosas que a mí me enseñaron que no hay que hacer; no matar inocentes, no dispararle a una ambulancia. Era como estar en el Lejano Oeste y todo con la aprobación de los comandantes. Sentí que había algo moralmente podrido en este ejército, si estaban autorizando esas cosas, porque nuestra primera regla es no matar sin motivos, y aquí oficialmente me dijeron: “Maten todo lo que se encuentre en su proximidad”. Y yo fui parte de eso. Lo hice y lamento haberlo hecho. Maté gente que en su mayoría no me había hecho nada; personas paradas sobre los techos, personas conduciendo autos, en ambulancias, en sus casas. Ni siquiera sé dónde están sus casas en el mapa. Y lo hicimos sólo porque sí, porque “¿por qué no? Disparemos un proyectil por diversión”. Es un sentimiento realmente horrible.

JUAN GONZÁLEZ: Y en este último fragmento, un soldado de las IDF cuenta cómo el comandante de un batallón trató de levantar el ánimo de los soldados de su compañía diciendoles que Shejaiya había sido completamente destruida.

SOLDADO IDF: No recuerdo cuándo fue exactamente, pero un día el comandante reunió a todo el batallón. Supongo que quería dar un discurso para levantarnos la moral. Sabía que muchos teníamos amigos en otro batallón que estaba en Shejaiya, así que dijo: “Ya no tienen de qué preocuparse. Ya no existe Shejaiya. Shejaiya se fue”, como si hubiera sido borrada del mapa. Esas fueron sus palabras exactas: “Ya no existe Shejaiya” .

JUAN GONZÁLEZ: Avner Gvaryahu, ¿Qué esperan lograr con la difusión de este video con testimonios?

AVNER GVARYAHU: Bueno, en primer lugar, esperamos abrir el debate. Queremos que la gente sepa cómo se lleva a cabo la lucha en Gaza. Creo que queda muy claro que, bueno, esta fue la tercera vuelta. Todo el mundo sabe que va a haber otra. Entonces quisiéramos asegurarnos, esto es lo que esperamos, de que antes que comience el próximo ciclo de ataques, todos sepamos al menos lo que se le está exigiendo hacer a nuestros soldados. Bueno, por supuesto, quisiéramos lograr mucho más. Una de nuestras demandas es una investigación israelí, pero independiente del ejército. Creemos que es crucial, y que es posible, que nuestra sociedad se mire en este espejo y se pregunte realmente qué es lo que le están pidiendo a sus soldados o su ejército. Y en ese sentido, como decía antes, no se trata de encontrar un chivo expiatorio. No se trata de un comandante específico. Se trata de, bueno, de ver la imagen completa. Y creo que definitivamente es hora de que darnos verdaderamente la oportunidad de asumir la responsabilidad y decir que nosotros, como sociedad, no podemos aceptar seguir viviendo de esta manera. Y yo, como israelí —y por cierto, yo me considero un patriota— no estoy dispuesto a aceptar el hecho de que porque nuestros enemigos actúan de manera inmoral, esté bien que nosotros no nos cuestionemos nada.

AMY GOODMAN: Avner Gvaryahu, en el próximo segmento vamos a hablar sobre la membresía de Palestina en la Corte Penal Internacional. ¿Breaking the Silence tiene previsto llevar estos testimonios de soldados a la Corte Penal Internacional?

AVNER GVARYAHU: Bueno, la respuesta es no. Nunca hemos llamado a eso, ni entregado información a tribunales externos, ni tampoco a tribunales israelíes. Somos una organización que busca generar conciencia. Creo, hablando de esto específicamente, creo que hay lugares donde es más relevante llevar el informe. Y eso es, por supuesto, a los ojos israelíes. Creo que es lo que estamos tratando de hacer con este informe. Pero la información está disponible. Es información pública. De hecho, la otra vez, cuando se hizo el Informe Goldstone, el comité investigador decidió utilizar nuestra información sin haberse reunido con nosotros. O sea que la información está disponible, pero a lo que apuntamos es a lo que he dicho antes y es algo que nos parece realmente muy importante: una investigación israelí externa al ejército. Creemos que es posible que suceda y es crucial para nuestra sociedad.

AMY GOODMAN: Muchas gracias por estar con nosotros, Avner Gvaryahu, director de comunicación de la organización Breaking the Silence y ex soldado de las IDF. Sirvió entre 2004 y 2007 como sargento en una unidad de operaciones especiales en la zona de Nablús y Jenín. Esto es Democracy Now! Cuando regresemos, vamos a La Haya, donde la Corte Penal Internacional tiene un nuevo miembro: Palestina. Quédense con nosotros.

Traducido por Constanza Sánchez Chiappe. Editado por Verónica Gelman y Democracy Now! en Español.

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