Cientos de refugiados resultaron heridos el domingo cuando la policía macedonia lanzó gases lacrimógenos y disparó balas de goma y granadas de concusión contra una multitud de personas que se encontraba del lado griego de la frontera. Más de 10.000 inmigrantes y refugiados han estado varados en un puesto de la frontera griega en Idomeni desde febrero, luego de que el cierre de varias fronteras en la zona de los Balcanes les impidiera seguir su trayecto hacia Europa Central y del Este. Un migrante sirio llamado Mahmoud, que recibió asistencia tras fracturarse el brazo, describió lo sucedido.
Mahmoud: “Nos sorprendió que, incluso antes de que llegáramos a la valla y antes de que hiciéramos nada, comenzaron a lanzar gases lacrimógenos de inmediato. De modo que nos dispersamos, pero respondimos. Utilizaron gases lacrimógenos y casi inmediatamente después lanzaron granadas de concusión y dispararon balas de goma. No fue algo gradual, hicieron todo eso de inmediato, una cosa después de la otra, y esto provocó una respuesta negativa de los manifestantes y provocó que se enfadaran, que se enfurecieran”.
Grecia ha condenado el uso de la fuerza por parte de las autoridades de Macedonia y calificó lo ocurrido de “peligroso y deplorable”. Según Médicos Sin Fronteras, al menos tres niños recibieron atención por heridas en la cabeza provocadas por balas de goma. Muchos refugiados sirios afirman que están varados en el campamento de Grecia y no tienen a dónde ir.
Mohamed dijo: “Es como estar en la cárcel. Siento que estoy en prisión, no me permiten ir a ningún lado ni solicitar asilo en ningún lado. Hace dos meses que estamos en Europa y hemos vivido más injusticias que en los cinco años de guerra bajo el régimen de Bashar al-Assad. No hay humanidad aquí”.