El sábado, la gente salió a las calles en más de 400 ciudades en cinco continentes, en el marco de una acción mundial contra la gigante de agronegocios Monsanto. En la ciudad de Nueva York, cerca de 100 personas marcharon contra el uso que hace Monsanto del herbicida glifosato, del que algunos estudios han mostrado que podría causar cáncer.
Athena Manolopoulos declaró: “Me llamo Athena y estoy en esta manifestación porque creo que Monsanto es una empresa terrible en varios sentidos; lastima a la gente, a nuestros cuerpos, y realmente solo le importan las ganancias y el control global de nuestra provisión de alimentos, no tiene una mente abierta respecto del etiquetado y las pruebas. Los agricultores se han endeudado y se suicidan a diario”.
En México, manifestantes afirmaron que no quieren que las semillas genéticamente modificadas de Monsanto ingresen al país, debido a que amenazan los cultivos nativos.
Urbano Silvestre explicó: “Ellos [Monsanto] pretenden que cada grano de maíz en todo el mundo tenga alguno de sus productos químicos. ¿Para qué? Para que cuando alguien quiera sembrar maíz, le tenga que pedir permiso y le tenga que pagar a Monsanto. Y cuando alguien quiera vender maíz, le tenga que pagar comisión, le tenga que pagar regalías”.
Adelita San Vicente sostuvo: “Nos parece que en México, como centro de origen del maíz, que hoy es el cereal más importante de la humanidad, no debe permitirse la siembra en ninguna fase. Somos el reservorio genético de este cereal, que es el que es capaz de contender contra el cambio climático, que después del petróleo es el producto que más se utiliza, y esa calidad de centro de origen se debe mantener”.