Una organización de vigilancia recomendó que la piedra semipreciosa lapislázuli fuera clasificada como mineral motivo de conflicto por su rol en el impulso de conflictos armados en Afganistán. Global Witness afirma que el talibán y otros grupos armados obtienen unos 20 millones de dólares por año a partir de la extracción minera ilegal del lapislázuli. El investigador Stephen Carter sostiene que las minas han desestabilizado la provincia de Badakhstan, al norte de Afganistán.
Stephen Carter declaró: “La situación en este momento es que hay, como sabrán, una imagen real de que existe una competencia entre grupos armados por este recurso, que lo que hace es generar las condiciones ideales para el florecimiento de la insurgencia. Todos tienen algún interés en que haya un poco de conflicto, todos tienen interés en que el Gobierno sea básicamente una caparazón vacía”.