En Chicago, el Departamento de Justicia declaró el viernes que los oficiales de la Policía de Chicago violan rutinariamente los derechos civiles, discriminan a las comunidades de color y ejercen sobre ellas fuerza excesiva, y mantienen un “código de silencio” para obstaculizar investigaciones de abusos. La fiscal general Loretta Lynch resumió los hallazgos de una investigación de 13 meses en torno al Departamento de Policía de Chicago.
Loretta Lynch declaró: “Sobre la base de esta exhaustiva revisión, el Departamento de Justicia ha concluido que hay causa razonable para creer que el Departamento de Policía de Chicago tiene un patrón o práctica de uso de fuerza excesiva, lo que constituye una violación de la Cuarta Enmienda a la Constitución”.
La investigación comenzó en diciembre de 2015 tras la publicación de un video que muestra la muerte de Laquan McDonald, afroestadounidense de 17 años de edad, a quien el policía blanco Jason Van Dyke le disparó 16 veces. El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, en principio acordó negociar un decreto de consentimiento para que un supervisor federal monitoree el Departamento de Policía de Chicago.
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