Y el activista por los derechos civiles y profesor de extensa trayectoria John Raines, de Filadelfia, falleció a los 84 años. En 1971, él y un grupo de activistas ingresaron ilegalmente a una oficina del FBI en Media, Pensilvania. Allí robaron todos los documentos que encontraron y los divulgaron en la prensa. Entre ellos había detalles de los abusos cometidos por el FBI y el entonces programa secreto de contrainteligencia denominado COINTELPRO, que tenía como fin infiltrarse, monitorear y desestabilizar movimientos sociales y políticos. La identidad de los ladrones permaneció en secreto hasta 2014, cuando Raines, su esposa Bonnie y otros se atribuyeron la acción. En 2014 habló en una entrevista con Democracy Now!
John Raines afirmó: “El problema era que J. Edgar Hoover era intocable. Era un ícono de la nación. O sea, había presidentes que le tenían miedo. La gente que había sido elegida para que supervisara el FBI de J. Edgar Hoover estaba enamorada o aterrorizada de él. Nadie le pedía explicaciones ni lo hacía rendir cuentas por sus actos. Ante eso, era necesario que alguien obtuviera pruebas objetivas de lo que su FBI estaba haciendo. Así fue que surgió la idea que nos trajo Bill Davidon: entremos a una oficina del FBI, consigamos sus archivos y sepamos lo que están haciendo, de su propio puño y letra”.
John Raimes falleció el domingo a los 84 años. Haga clic aquí para acceder a la entrevista completa.