Honduras: desafiando la represión militar, manifestantes inundan las calles para protestar contra el fraude electoral

Reportaje04 de diciembre de 2017

Crece la tensión en Honduras. Durante el fin de semana, las fuerzas de seguridad reprimieron manifestaciones con disparos, matando al menos a 3 personas e hiriendo a muchas más. El domingo, decenas de miles de personas llenaron las calles del país para protestar por lo que mucha gente denomina un golpe de Estado electoral contra el candidato opositor Salvador Nasralla. Según los manifestantes, el comité electoral habría manipulado el resultado de la votación para favorecer al presidente actual, Juan Orlando Hernández, firme aliado de Estados Unidos.

Para conocer más sobre el tema, hablamos con Zenaida Velasques, activista de derechos humanos y una de las fundadoras del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras; y con Matt Ginsberg-Jaeckle, miembro de La Voz de los de Abajo y uno de los fundadores de la Red de Solidaridad con Honduras, quien está en Honduras desde hace más de una semana dirigiendo una delegación de observadores de derechos humanos.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman. Continúa la crisis en Honduras, donde decenas de miles de manifestantes salieron a las calles el domingo para denunciar lo que consideran un fraude electoral y expresar su apoyo al candidato a presidente de la oposición, Salvador Nasralla.

La semana pasada la comisión electoral suspendió el conteo de votos cuando el presidente en funciones, Juan Orlando Hernández, perdía por pocos puntos frente al candidato de la oposición, Salvador Nasralla, que en estos momentos está pidiendo al ejército que detenga la represión contra los y las manifestantes.

Para profundizar en el tema, nos acompaña la activista hondureña de derechos humanos Zenaida Velásquez, una de las fundadoras del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras. Su hermana, la docente Ilse Velasquez, fue asesinada durante una manifestación en marzo de 2011. Su hermano, Manfredo Velasquez, fue secuestrado por las fuerzas de seguridad hondureñas hace décadas, en 1981 y continúa desaparecido. También nos acompaña, desde Honduras, Matt Ginsberg-Jaeckle, uno de los miembros fundadores de la Red de Solidaridad con Honduras de América del Norte y miembro de la organización La Voz de los de Abajo. Además, era un viejo amigo de la defensora ambiental hondureña Berta Cáceres.

Les damos la bienvenida a Democracy Now! Comencemos con Zenaida Velasquez. ¿Cómo explicarías lo que está pasando ahora? ¿Y cuáles son tus demandas, Zenaida?

ZENAIDA VELASQUEZ: Buenos días Amy. Lo que está sucediendo es que hay riesgo de una huelga general en todo el país, porque la gente se opone al toque de queda que ciertamente es casi como un golpe de Estado. Y entonces se plantea la posibilidad de hacer una huelga general, porque la gente dice: “Si nos imponen un toque de queda de 6 de la tarde a 6 de la mañana, entonces nos toca actuar entre las 6 de la mañana y las 6 de la tarde, así que hagamos una huelga general, para poder detener esta elección fraudulenta, este resultado electoral descaradamente manipulado”.

Es increíble cómo piratearon el sistema, tres veces. Y luego, de repente, cuando lo reactivan, Juan Orlando está por delante de Salvador Nasralla. Es totalmente indignante. Era evidente que se trataba de esto, cuando, el lunes de madrugada, alrededor de las 2 a.m., finalmente, se dieron a conocer los primeros resultados y Salvador Nasralla estaba ganando por cinco puntos, y ya se habían contado el 67% de los votos. Y el 33% restante se iba a contar en los días siguientes. Y ya va una semana… Ya ha pasado más de una semana y todavía están jugando con los resultados electorales. Y por eso la gente está enojada y completamente frustrada.

Y lo más increíble es que es principalmente la gente joven la que se está movilizando. Ayer hubo entre 500,000 y 600,000 personas en las calles de Tegucigalpa. Y es principalmente gente joven. La gente que está haciendo esto es en un 80% gente joven, acompañada, por supuesto, por el resto de la gente. Y como estaba diciendo, hubo manifestaciones en San Pedro Sula, en Santa Bárbara, en Copán, en Choluteca, en todas partes. Y la gente decía: “¿Quién tiene miedo aquí?”

AMY GOODMAN: Quisiera sumar a Matt Ginsberg-Jaeckle a la conversación. Matt, ¿puedes decirnos en qué parte de Honduras estás ahora y qué está sucediendo en el territorio?

MATT GINSBERG-JAECKLE: Estoy en Tegucigalpa. Hace varios días que estoy aquí. Hace unos 10 días que estoy en el país. Y realmente, la situación es espeluznante y surrealista. Es difícil encontrar las palabras para describir lo que está pasando. En los últimos días pasé mucho tiempo haciendo observación de derechos humanos, tanto en las manifestaciones como en el Hospital Escuela, el principal hospital público de Tegucigalpa, que es realmente el foco donde analizar cómo se está desplegando el asedio militar. Una ambulancia tras otra, un camión tras otro, un taxi tras otro atravesaban las puertas del hospital con manifestantes heridos. Y son manifestantes heridos con balas reales, Amy. No se puede creer.

No hay espacio suficiente en la sala de emergencias. A la gente que llega solo con un disparo en la pierna la están haciendo esperar hasta una hora porque tienen muchos casos más graves que atender. Y hay una situación de total impunidad. Yo estaba en el Hospital Escuela cuando se declaró el toque de queda. Dieron una hora de aviso. Y justo estábamos documentando las graves violaciones a los derechos humanos ya cometidas, y nosotros mismos tuvimos que apresurarnos para llegar a casa a salvo.

Pero también quiero enfatizar el otro lado de lo que está pasando. Por un lado estamos aquí observando las graves violaciones a los derechos humanos que se están llevando a cabo. Pero además, por el otro lado, vemos toda la gente valiente que se niega a darse por vencida, que sigue rechazando este fraude. A la noche después que… de hecho a esa primera noche del toque de queda se la está llamando la “noche negra”, por la cantidad de muertes y la cantidad de sangre que se derramó. Al día siguiente, se realizó un “cacerolazo”, una movilización donde la gente golpea sus ollas y sartenes. Y en las calles de Tegucigalpa sonaba como si en cada uno de los hogares de la ciudad la gente estuviera golpeando ollas y sartenes. Era una sinfonía de ollas y sartenes, con alegría, gritos y una clara voluntad de resistencia.

En muchos barrios, la gente salió de su casa y llenó las calles haciendo frente abiertamente a la militarización extrema del país y dejando muy en claro que la voluntad del pueblo hondureño sigue firme. Y al día siguiente hubo más de 100,000 personas en las calles, como ustedes comentaron.

AMY GOODMAN: Matt, hay un caso particular en el que tuviste intervención. Viste a miembros del ejército persiguiendo a un grupo de gente y golpeando a un hombre. ¿Puedes describirnos lo que sucedió y dónde fue?

MATT GINSBERG-JAECKLE: Sí. Estábamos por el Boulevard Centroamérica. Fue el jueves. Y el ejército estaba persiguiendo a un grupo de manifestantes que habían hecho una barricada. El ejército había logrado desmantelar la barricada por medio del uso excesivo de gases lacrimógenos y estaba persiguiendo a este grupo de gente, eran aproximadamente 10 mujeres jóvenes y una pareja, una pareja de mediana edad. Doblaron en una esquina y comenzaron a correr lo más rápido que podían, perseguidas por los militares que les gritaban groserías, gritaban: “Las vamos a agarrar, son unas…” Bueno, no voy a repetir sus palabras. Y corrían a toda velocidad. Así que con un colega decidimos ir detrás de los militares.

Desafortunadamente, estábamos unos cuantos pasos atrás de ellos. Para cuando los alcanzamos, el hombre del grupo ya tenía la cara ensangrentada pero nos interpusimos entre los militares y la pareja, que eran los únicos a quienes habían logrado alcanzar. Dijimos que éramos de organismos internacionales de derechos humanos, que por favor se detuvieran y nos dijeran si habían alguna acusación contra la pareja, y que si no la había, tenían que dejarles en paz. Los militares respondieron blandiendo sus palos hacia mí de una manera intimidante, pero finalmente decidieron salir corriendo.

AMY GOODMAN: Y hubo una mujer adolescente asesinada el viernes por la noche, Kimberly Fonseca de 19 años. ¿Puedes contarnos cómo fue?

MATT GINSBERG-JAECKLE: Sí, era… Lamentablemente, no me tocó documentar ese caso personalmente. Sé que participó en el cacerolazo y que andaba por el barrio haciendo resistencia cuando se declaró el toque de queda. Y ella… el ejército le disparó creo que en la cabeza. La declararon muerta ahí mismo. Yo me fui a la morgue para tratar de verificar los detalles del caso, pero hay dos morgues aquí, y yo fui a la del Hospital Escuela, pero allí ponen a la gente que muere en el hospital, no a la gente que llega muerta. Pero por lo que he escuchado, hay unos 6 casos como el de ella. Se que… he podido confirmar al menos cuatro casos de personas de diferentes lugares del país que fueron asesinadas por el ejército con balas de plomo.

AMY GOODMAN: Zenaida Velasquez, el portal periodísitico The Intercept informa que el presidente de Honduras está utilizando fuerzas militares entrenadas por EE.UU. para enfrentar las manifestaciones por las elecciones. Y sabemos que la cantidad de dinero que EE.UU. ha aportado al ejército y otras fuerzas de seguridad hondureñas en los últimos años, —desde el golpe de Estado de 2009— es más de 100 millones de dólares, incluso podrían ser 200 millones. ¿Cuáles son tus demandas en este momento?

ZENAIDA VELASQUEZ: Estamos exigiendo que se detenga esta ayuda militar. Juan Orlando se está preparando. Él tiene… aparte del ejército, tiene una policía imperial que le obedece. Y ha preparado a esta policía para matar. Sé que han dado la orden de matar, de disparar a la gente directamente, disparar a matar.

Y Amy, otro rumor que circula es que hoy volverá a Honduras después de su gira por Estados Unidos buscando ayuda, más ayuda y apoyo, y que van a declarar que él ganó las elecciones. Si todas estas protestas, todas estas manifestaciones, toda esta indignación que hay no solo dentro Honduras sino a nivel internacional, si todo eso no se escucha y lo declaran ganador, creo que veremos ríos de sangre aquí; porque esa gente está preparada para matar. Se les ha dado la orden de disparar a quemarropa.

AMY GOODMAN: Y Matt, ¿qué está demandando la gente en el territorio? Nos quedan solo 20 segundos.

MATT GINSBERG-JAECKLE: Lo que demanda la gente en el territorio, en primer lugar, es un estricto recuento de votos, porque en el conteo hubo 5.000 boletas que se trajeron directamente desde la oficina del tribunal electoral en Tegucigalpa justo después de que el sistema se cayera durante ocho horas. Y fue a partir de ahí el resultado empezó a cambiar. Entonces quieren que se analice cada uno de esos votos. Quieren que el régimen ilegal, inescrupuloso, y abusivo de Juan Orlando Hernández llegue a su fin. Es una dictadura. Desde el principio él fue un candidato ilegal. La gente quiere que vuelva la democracia y que se terminen los ataques a los derechos humanos y el estado de sitio.

AMY GOODMAN: Vamos a tener que dejarlo aquí por hoy, pero continuaremos cubriendo esta situación, por supuesto. Matt Ginsberg-Jaeckle de la Red de Solidaridad con Honduras de América del Norte y Zenaida Velásquez, activista hondureña de derechos humanos.


Traducido por Noa Radosh. Editado por Verónica Gelman y Democracy now! en Español.

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