En Marruecos, la policía antidisturbios usó garrotes y gas lacrimógeno para dispersar a cientos de personas que marchaban por las calles de Alhucemas el jueves, desafiando la prohibición gubernamental de manifestarse para protestar contra la corrupción y el subdesarrollo. Las manifestaciones fueron las más grandes en Marruecos desde octubre del año pasado, cuando miles de personas salieron a las calles de varias ciudades del país después de que un vendedor de pescado muriera aplastado en un camión de basura mientras intentaba recuperar pescado confiscado por la policía. Su muerte se convirtió en el punto de partida de un movimiento más amplio por la justicia económica y las libertades civiles en el reino.
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