Kimberlé Crenshaw: Desde Clarence Thomas hasta Brett Kavanaugh, cómo la sociedad tiende a creer a los hombres cuando estos proclaman su inocencia

Reportaje01 de octubre de 2018

Cuando el candidato a la Corte Suprema de EE.UU., Brett Kavanaugh, declaró la semana pasada ante el Comité de Asuntos Jurídicos dijo que las acusaciones de la Dra. Christine Blasey Ford contra él y las posteriores consecuencias eran un “circo” organizado por los demócratas. Su lenguaje se hacía eco de empleado por Clarence Thomas que hace casi 30 años dijo del juicio de Anita Hill: “Esto es un circo. Es una desgracia nacional… Es un linchamiento de alta tecnología de los negros engreídos que de alguna manera se atrevan a pensar por sí solos”.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Kimberlé Crenshaw. Crenshaw es profesora de derecho de UCLA y Columbia University; asistió al equipo legal de Anita Hill. Es fundadora del Foro de Políticas Afroestadounidenses. La semana pasada el periódico The New York Times publicó un artículo suyo titulado “We Still Haven’t Learned from Anita Hill’s Testimony” (Todavía no aprendimos de la declaración de Anita Hill).

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! democracynow.org, el Informativo de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman. Nuestra próxima invitada sostiene que en el interrogatorio a la Dra. Blasey Ford la semana pasada, los senadores estadounidenses mostraron que no habían aprendido nada de la declaración de Anita Hill contra Clarence Thomas en 1991. Antes de hablar con ella, vamos a ver fragmentos de ambas audiencias de confirmación: la declaración de Brett Kavanaugh, nominado a la Corte Suprema por el presidente Trump, el jueves ante la Comisión de Asuntos Judiciales del Senado diciendo que no atacó sexualmente a la doctora Christine Blasey Ford; y la declaración de Clarence Thomas, diciendo que no acosó sexualmente a Hill.

JUEZ BRETT KAVANAUGH: Todo lo sucedido en estas dos semanas ha sido planificado y orquestado como golpe político … una venganza de parte de los Clinton, que contó con millones de dólares aportados por grupos opositores de izquierda. Esto es un circo.

JUEZ CLARENCE THOMAS: Esto es un circo. Es una desgracia nacional. … En lo que a mí respecta, es un linchamiento de alta tecnología de negros arrogantes incapaces de pensar por sí mismos.

AMY GOODMAN: Para ampliar esta información, vamos a Los Ángeles, donde nos acompaña Kimberlé Crenshaw, profesora de derecho en la UCLA y en la Universidad Columbia y fundadora del Foro de Política Afroestadounidense. Y fue asesora del equipo jurídico de Anita Hill. La semana pasada escribió un artículo para el periódico The New York Times, titulado: We Still Haven’t Learned from Anita Hill’s Testimony (Todavía no aprendimos de la declaración de Anita Hill). Bienvenida a Democracy Now!, profesora Crenshaw.

KIMBERLÉ CRENSHAW: Gracias por invitarme.

AMY GOODMAN: Esto surge después de las declaraciones…

KIMBERLÉ CRENSHAW: Sí.

AMY GOODMAN: …de la Dra. Blasey Ford y Brett Kavanaugh. ¿Cuál es tu análisis al respecto?

KIMBERLÉ CRENSHAW: Mi análisis es que ambas partes mostraron aprendizajes de forma, pero no tanto de sustancia. Me pareció que los republicanos se dieron cuenta de que no podrían ser ellos mismos quienes interrogaran a la Dra. Ford y por eso delegaron esa responsabilidad en otra persona; creo que eso refleja su comprensión de la situación. También creo que los demócratas realmente entendieron que una de las cosas que resultó mal en la última audiencia fue que Anita Hill no tenía apoyo. No había señales de que los demócratas realmente le creyeran. Y por supuesto, los republicanos le dieron con todo. En este caso, no sucedió ninguna de estas cosas.

Pero creo que aún podemos ver un enorme desequilibrio entre hombres y mujeres con respecto al capital discursivo, a la capacidad de hablar y que te tomen en serio; y también hay desequilibrio entre personas blancas y no blancas. O sea, quienes tienen más poder disponen de un abanico de posibilidades más amplio. Por eso Kavanaugh puede prácticamente perder el control y aun así mantener su credibilidad, mientras que la Dra. Ford tuvo que ser muy cuidadosa con cada paso que daba para lograr que le crean. E incluso habiendo logrado esa credibilidad, al punto que incluso en Fox News decían “Oh, parece que los republicanos están en problemas”, hubo una breve pausa y luego bastó que Kavanaugh entrara y derramara sus lágrimas para que volviéramos al punto de partida. La semana pasada, Kate Manne lo llamó “androempatía”, que beneficia a los hombres y más aún a los hombres poderosos. Y creo que, efectivamente, eso se ha puesto en juego estos días.

AMY GOODMAN: Quiero hablar sobre Dianne Feinstein y la controversia en torno a la confirmación de Clarence Thomas como juez de la Corte Suprema estadounidense. Una situación cuyas repercusiones llevaron a la senadora demócrata Dianne Feinstein de California y a otras mujeres a ocupar cargos públicos en 1992. Eso sucedió un año después de esa confirmación. Ahora la senadora Feinstein, en tanto miembro de alto rango de la Comisión de Justicia del Senado, tiene un papel clave en la confirmación de Kavanaugh. El jueves, ella señaló que el FBI había llevado a cabo una investigación a partir las denuncias de Anita Hill de haber sido acosada sexualmente por Thomas. SEN.

DIANNE FEINSTEIN: En 1991, las denuncias de Anita Hill fueron investigadas ​​por el FBI, algo acorde a los procedimientos normales y que está claramente dentro de su jurisdicción. (…) En 1991, el Senado tomó declaración a 22 testigos a lo largo de tres días. Hoy, los republicanos no solo rechazan una investigación del FBI sino que además se niegan a tomar declaración a cualquier otro testigo, como ser Mark Judge, a quien la Dra. Ford identificó como presente en la habitación cuando se produjo el ataque. (…) En 1991, los republicanos restaron importancia a la experiencia vivida por la profesora Hill, diciendo que “no incidía para nada en el resultado”. Y la responsabilidad de presentar pruebas recayó en la profesora Hill. Hoy, nuestros colegas republicanos dicen que esto es un “hipo”, que la Dra. Ford está “confundida” y declaran: “Escucharemos a la dama y daremos esto por terminado”.

AMY GOODMAN: Esas fueron las palabras de la senadora Dianne Feinstein durante la audiencia del jueves. Escuchemos ahora la declaración de apertura de Anita Hill en las audiencias de confirmación de Clarence Thomas para la Corte Suprema en 1991, donde testificó que él la acosó sexualmente.

ANITA HILL: Cuando llevaba aproximadamente tres meses trabajando allí, él me invitó a salir. Vivir lo que sucedió luego y contarlo públicamente han sido las dos experiencias más difíciles de mi vida. Recién después de reflexionarlo con mucha angustia y pasar una gran cantidad de noches sin dormir, es que soy capaz de contar estos asuntos desagradables a otra gente más allá de mis amistades más cercanas.

AMY GOODMAN: Eso fue en 1991. El viernes por la noche Anita Hill habló en un evento en Houston, al que no se permitió el ingreso de cámaras, donde mencionó que había visto declarar a la Dra. Blasey Ford y dijo: “Me sorprendió la franqueza de la doctora al decir cuánto la aterrorizaba estar allí y hablar de algo que tuvo un profundo impacto en su vida, sabiendo que encontraría hostilidad. También me impresionó lo tranquila que estaba, cuán cuidadosa fue y lo conmovida que estaba”. Eso dijo Anita Hill el viernes. Además, con respecto al testimonio de Kavanaugh, Hill señaló que él había expresado enojo y mucha agresión, y que: “A ninguna mujer que quisiera acceder a un cargo en la Corte Suprema se le permitiría hablar con semejante furia”.

Profesora Crenshaw, tu entraste con Anita Hill a su audiencia. La acompañaste en ese momento. Háblanos sobre los paralelismos que encuentras con lo que está sucediendo ahora. Y qué piensas sobre esta cuestión que mencionaba también la profesora Hill, que si el ánimo que han mostrado estas dos personas fuera inverso, si la que hubiera mostrado furia, ira, evasión, disposición a juzgar agresivamente hubiera sido Christine Blasey Ford; y Kavanaugh se hubiera mostrado comprensivo, de voz suave, cooperativo… o sea, ¿te imaginas qué hubiera pasado si la Dra. Ford hubiera actuado como lo hizo el juez Kavanaugh en la audiencia?

KIMBERLÉ CRENSHAW: Bueno, es totalmente inimaginable. Y esa es la realidad más profunda que subyace al acoso sexual, al abuso sexual, a las desigualdades de género; no se trata solo de las cosas que suceden. Se trata de un contexto más amplio en el que los hombres tienen mucho más poder, no solo para hacer daño sino también para negar su responsabilidad por el daño que hacen. Y otra cosa igualmente importante es lo que está sucediendo actualmente, que muchos hombres son obligados a asumir la responsabilidad por algo que han hecho; algo sucedido hace 27 años, tal vez en un contexto en el que Kavanaugh no pensó existiera una sanción social por sus actos o algún castigo de que preocuparse, finalmente le cae encima hoy. Y ante esto, su reacción es la indignación del hombre “honrado”, su rabia, el señalar con el dedo, el culpar a tanta gente.

Pero el verdadero problema no es solo que se acepte esa reacción, sino que además es efectiva y lleva a mucha gente a pensar “bueno, claro que es entendible que se enfurezca tanto”. Y se provoca esa empatía hacia él mientras se ignora y, básicamente, se pasa por alto el trauma vivido por la Dra. Blasey Ford; eso es lo que más me asusta de lo que está sucediendo ahora. Hemos visto cómo se pone en juego este tipo de ira en los estadios donde habla el presidente Trump. Y creo que muchas veces eso no nos afecta porque no vemos esas actitudes directamente en los pasillos del poder. Bueno, ahora este tipo de sentimiento, la actitud de “mi agresión se justifica porque me estoy defendiendo, incluso si estoy defendiendo mi impunidad por algo que he hecho”, se está poniendo en juego en el propio Senado, en la Comisión de Asuntos Judiciales, y podría llegar a la Corte Suprema. Este es un momento muy peligroso para nuestra sociedad y para nuestra democracia. Y es importante poder poner ciertos límites en este momento.

AMY GOODMAN: Bien, en el artículo que escribiste para el periódico The New York Times, terminas diciendo que “el conflicto Hill-Thomas ha pasado a la historia como un colosal fracaso de la organización interseccional”. Y señalas: No es demasiado tarde, ahora que el conflicto por la nominación de Kavanaugh está entrando en la próxima fase, para cambiar la historia. Explícanos a que te refieres.

KIMBERLÉ CRENSHAW: Lo que argumento en el artículo es que una de las razones por las que Clarence Thomas logró movilizar a tanta gente afroestadounidense, incluso a miembros de organizaciones de derechos civiles, con su denuncia de que era víctima de un “linchamiento de alta tecnología”, fue que la gente no entendió que la lucha contra el acoso sexual realmente venía de mujeres afroestadounidenses. Era parte de la lucha de liberación que implicaba luchar por los derechos civiles. Este desconocimiento histórico enfrentó a feministas con antirracistas. Y eso generó este enorme fracaso interseccional que llevó a la confirmación de Clarence Thomas.

Creo que ahora tenemos una oportunidad similar para mejorar eso, hacer las cosas bien esta vez, pero tenemos que ser capaces de cambiar nuestra mentalidad. En este momento, la verdadera lucha es poder mostrar claramente lo que significan las afirmaciones de Kavanaugh, sus intentos de reunir a la familia, de cerrar filas en torno del macho —esta vez blanco— herido, con todas las frases, tanto en voz baja como a los gritos, que hemos escuchado, desde cosas como: “trabajé duro, nadie me regaló nada”, hasta las palabras de Graham que básicamente señalaron lo que realmente estaba pasando: “Soy un hombre blanco y no me voy a callar más”. No tenemos que profundizar demasiado para reconocer lo que realmente se está poniendo en juego. De modo que ahora el desafío para las mujeres de todas las razas, pero sobre todo para las mujeres blancas, que reconocen en Brett Kavanaugh la reacción furiosa de alguien que busca mantener su impunidad, para todas las que escucharon una verdad en las palabras de la Dra. Blasey Ford, que resistan el impulso a ponerse de su lado y protegerlo. Creo que esa es la nueva oportunidad para fortalecer la interseccionalidad, para denunciar realmente este uso de la identidad blanca, la masculinidad y el poder, la intersección del poder, y decir: “Nos merecemos algo mejor”.

AMY GOODMAN: ¿Crees que Kavanaugh será confirmado como juez de la Corte Suprema?

KIMBERLÉ CRENSHAW: Creo que una de las lecciones que aprendí con el caso de Clarence Thomas-Anita Hill es… El último día estábamos en las oficinas de los senadores y todos decían que tenían los votos asegurados y sabíamos de hecho que no los tenían. O sea que estas cosas se definen en el último minuto. Todo lo que podamos hacer para hablar con todos los senadores, especialmente con quienes podrían inclinarse por el voto negativo, deberíamos hacerlo sin descanso hasta el momento de emitir el último voto.

AMY GOODMAN: Kimberlé Crenshaw, muchas gracias por estar con nosotros. Profesora de derecho en las universidades UCLA y Columbia, y fundadora del Foro de Política Afroestadounidense. En nuestro sitio web encontrarán el enlace al artículo que escribió para el periódico The New York Times titulado: We Still Haven’t Learned from Anita Hill’s Testimony (Todavía no aprendimos de la declaración de Anita Hill).

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