¿Brasil podría regresar a una dictadura? Glenn Greenwald habla de la posible victoria en las elecciones de un demagogo de ultra derecha

Reportaje05 de octubre de 2018

El domingo, los votantes de Brasil se dirigen a las urnas en una elección que podría modificar el escenario político de América del Sur. De acuerdo a las encuestas, el actual favorito es Jair Bolsonaro, ex oficial del Ejército que elogió abiertamente la dictadura militar de Brasil que se prolongó desde 1964 hasta 1985. Bolsonaro tiene una larga historia de comentarios racistas, misóginos y homofóbicos. Desde el 8 de septiembre, cuando fue apuñalado en un acto de campaña, lidera las encuestas. Su campaña se benefició directamente cuando, en el mes de abril, el ex presidente Lula Inácio da Silva que había estado encabezando todas las encuestas presidenciales, fue a prisión y tuvo que dejar la contienda electoral. Fernando Haddad, el candidato elegido por Lula, es actualmente el segundo en las encuestas.
Para saber más de este tema, hablamos con Glenn Greenwald. Greewald es un periodista ganador del Premio Pulitzer y uno de los editores fundadores del sitio de noticias The Intercept. Está haciendo la cobertura periodística de las elecciones desde Río de Janeiro.

Transcripción
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AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now!, Soy Amy Goodman. Los votantes brasileños se dirigirán a las urnas el domingo en el marco de unas elecciones que podría cambiar el panorama político de Sudamérica. Las encuestas muestran que el candidato favorito es Jair Bolsonaro, un exoficial del Ejército de extrema derecha que ha elogiado abiertamente la dictadura militar en Brasil, que duró desde 1964 hasta 1985. Bolsonaro tiene un extenso historial de comentarios racistas, misóginos y homofóbicos, y ha alentado a la policía a matar a presuntos traficantes de drogas. La mayoría de las encuestas muestran que Bolsonaro podría ganar el domingo pero no contaría con los votos suficientes para evitar una segunda vuelta electoral el 28 de octubre. Su candidatura ha liderado las encuestas desde el 8 de septiembre, cuando fue apuñalado en pleno acto de campaña. Bolsonaro también se ha beneficiado directamente del encarcelamiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, ocurrido en abril, quien había liderado todas las encuestas presidenciales. Lula permanece en la cárcel condenado por lo que muchos consideran cargos de corrupción falsos, cuyo objetivo es evitar que se convirtiera en presidente. Lula, líder del Partido de los Trabajadores, se vio obligado a abandonar la carrera presidencial. El sucesor de Lula, Fernando Haddad, ocupa el segundo lugar en la mayoría de las encuestas. El sábado, decenas de miles de personas participaron en manifestaciones organizadas por mujeres en Río de Janeiro, São Paulo, y otras ciudades para protestar contra Bolsonaro. El tema de las protestas fue “él no”.

MANIFESTANTE: Mi nombre es [indiscernible], Y estoy aquí porque Bolsonaro es peligroso. Representa el odio en nuestro país, representa la pérdida de los pocos derechos conquistados por la gente a la que él ataca: las personas negras, indígenas, la comunidad LGBT y las mujeres. Él representa una amenaza para la democracia en nuestro país, una democracia que todavía estamos construyendo.

AMY GOODMAN: Nos acompaña desde Río de Janeiro el periodista ganador del Premio Pulitzer y cofundador de The Intercept Glenn Greenwald. Glenn, bienvenido nuevamente a Democracy Now! ¿Puede hablarnos sobre la importancia de lo que está sucediendo ahora en Brasil, particularmente en las elecciones del domingo?

GLENN GREENWALD: Para empezar, la importancia de estas elecciones es que Brasil es un país de 210 millones de habitantes, el quinto país más poblado del mundo, justo después de Estados Unidos, el segundo más grande del hemisferio [occidental], y el más influyente de toda América Latina. También es la séptima economía más grande del mundo, con importantes reservas de petróleo. Y lo que los medios de Occidente están haciendo regularmente es referirse a Bolsonaro como el Trump de Brasil, lo que subestima drástica y radicalmente este caso. Bolsonaro se asemeja mucho más a Duterte en Filipinas o incluso al del general El-Sisi en Egipto, tanto en sus intenciones y lo que proyecta hacer, como en lo que realmente es capaz de hacer, dada la fragilidad de Brasil, una democracia extremadamente joven que salió de una dictadura militar hace tan solo 33 años, y por lo tanto, no tiene el mismo tipo de instituciones que tienen Estados Unidos o el Reino Unido para limitar las decisiones de un presidente. Así que es un momento extremadamente peligroso para este país. Las encuestas muestran que es poco probable que gane en la primera ronda del domingo, pero hay una posibilidad de que él pueda obtener el 50% de los votos y con eso evitar una segunda vuelta. Pero incluso si hay segunda vuelta, hay señales que indican que es probable que le gane al candidato elegido por Lula, debido a la gran animadversión generada por los medios de comunicación y la élite empresarial contra el Partido de los Trabajadores en este país.

AMY GOODMAN: ¿Puede hablarnos específicamente sobre lo que representa Bolsonaro con sus comentarios homofóbicos, misóginos, y su apoyo a la dictadura militar brasileña?

GLENN GREENWALD: Puede revisar la lista completa de sus comentarios ofensivos. Una vez dijo en una entrevista que preferiría escuchar que su hijo había muerto en un accidente automovilístico antes que escuchar que su hijo es gay. Bolsonaro le dijo a una colega en la cámara baja del Congreso, donde él tuvo un puesto durante 30 años, cuando ella lo acusó de defender la tortura y la violación, algo que él hizo durante la dictadura, que ella no tenía que preocuparse porque, según sus palabras, no merecía ser violada por él, queriendo decir que ella era demasiado fea para merecer su violación. Hay toda una serie de comentarios similares sobre personas negras e indígenas. Pero lo más preocupante no son este tipo de comentarios, sino las políticas que Bolsonaro explícitamente respalda. Sus referentes respecto a cómo lidiar con la criminalidad son los peores dictadores del mundo, gente como Augusto Pinochet. Bolsonaro ha abogado por actuar como se está actuando en Filipinas, enviando al ejército y a la policía a masacrar indiscriminadamente a cualquier persona que ellos piensen que es un narcotraficante o un criminal, sin juicio previo. Bolsonaro cree en los regímenes militares. No considera que el golpe militar de 1964, que tuvo como consecuencia una dictadura militar de 21 años en Brasil, fuera un golpe de Estado o una dictadura. Bolsonaro lo considera algo noble y quiere replicarlo. Y tiene de su lado a militares brasileños del más alto nivel, apoyándolo y respaldándolo. Brasil no tiene el mismo tipo de instituciones que tiene Estados Unidos, como la Corte Suprema, o una especie de Estado en la sombra compuesto por la CIA y el FBI, o partidos políticos que podrían limitar lo que quiere hacer. Especialmente si consideramos el gran apoyo popular que tiene ahora mismo. Así que hay una parte importante de la sociedad brasileña que está completamente aterrorizada por lo que él pretende hacer, y pretende hacerlo bastante rápido, y probablemente lo pueda hacer… cosas como traer de vuelta los peores abusos de las dictaduras que ejecutaron sumariamente a disidentes, que cerraron medios de comunicación, que cerraron congresos, cosas que pensábamos que formaban parte del pasado de América Latina, pero ahora están a punto de volver a verse en el país más grande e importante de la región.

AMY GOODMAN: El mes pasado, el disidente de renombre mundial, el lingüista Noam Chomsky se reunió con el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encuentra encarcelado. Su visita tuvo ligar después de que Lula se retirara oficialmente de la carrera presidencial. En una entrevista afuera de la prisión después de la visita, Noam Chomsky criticó a los medios de comunicación de derecha de Brasil.

NOAM CHOMSKY: Acabamos de tener el enorme privilegio de pasar una hora con Lula, y uno de los puntos en los que hizo énfasis es en que durante todo su mandato sufrió constantes ataques de los medios de comunicación. Se trató de miles de ataques desde todas las direcciones, algo que, por supuesto, confunde y socava a la opinión pública. De modo que la respuesta a su pregunta es que deben tomarse medidas para contrarrestar la concentración de poder de los medios de comunicación de derecha, los cuales, particularmente en Latinoamérica, superan a todo lo demás.

AMY GOODMAN: Acabamos de ver a Noam Chomsky. Glenn Greenwald, tengo un par de preguntas sobre eso. ¿Cómo se le permite a los medios cubrir la visita de Noam Chomsky a Lula en la cárcel? Y háblenos también sobre la importancia de lo que sucedió con Lula, y sobre quien es Fernando Haddad, el candidato elegido por Lula como su sucesor.

GLENN GREENWALD: Me reuní con Noam Chomsky después de esa reunión en São Paulo, y hablamos mucho sobre las dinámicas que han llevado a Brasil hasta este punto. Y una de las cosas en las que más nos enfocamos durante nuestra discusión fue el hecho de que la situación es muy similar a lo que está sucediendo en Estados Unidos, el Reino Unido y Europa occidental, donde se ve esta propagación del extremismo y este ascenso del fanatismo de derecha, y cómo los medios de comunicación y las élites que han establecido las bases para ese auge se niegan a reconocer su responsabilidad. Y eso es definitivamente lo que ocurre aquí en Brasil, donde los medios de comunicación, que tienen un carácter muy oligárquico y están en manos de un pequeño número de familias muy ricas, han sembrado las semillas y han creado el clima para que la victoria de Bolsonaro sea posible. Incluso en estos días previos a las elecciones, e incluso a pesar de que estos mismos periodistas están atemorizados ante una victoria de Bolsonaro y no lo están apoyando, a pesar de eso siguen respaldando esta narrativa, que es muy valiosa para Bolsonaro, y que se basa en la idea de que el Partido de los Trabajadores y Bolsonaro son dos lados opuestos de una misma moneda: Tienes dictadura de izquierda o dictadura de derecha, y ambas son igualmente malos. El Partido de los Trabajadores gobernó este país durante 14 años, y más allá de lo que uno quiera decir sobre ese partido, más allá de todos los errores que hayan cometido, ciertamente, durante ese periodo la prensa disfrutó de mucha libertad y los atacó de forma constante. Inhabilitaron a una de sus presidentas, y encarcelaron a otro. La idea de que esto puede equipararse a lo que Bolsonaro quiere hacer es grotesca, y es lo que está normalizando Bolsonaro. Probablemente lo más inteligente que ha hecho Bolsonaro es haber elegido como su gurú económico, la persona que dijo que iba a poner a cargo de la economía, a un típico economista neoliberal de derecha de la Universidad de Chicago, a quien los mercados internacionales como la clase oligárquica adoran, neutralizando así a quienes de otro modo habrían sido su oposición. Y lo que le han hecho a Lula es no sólo encarcelarlo cuando lideraba las encuestas, sino, después de eso, prohibir a todos los medios de comunicación entrevistarlo. Nosotros lo hemos intentado, otros lo han intentado, pero hay una orden de restricción previa por parte de la Corte Suprema para impedir que Lula pueda hablar en este momento crucial. No les bastó con meterlo en la cárcel y evitar que se postulara a la presidencia cuando la gente quería que él fuera presidente; además lo han silenciado a través de órdenes de censura. Eso se aplica no solo a él, sino a todos los periodistas en los medios de comunicación. Las instituciones y las élites brasileñas tienen mucha culpa de todo esto, al igual que las instituciones de EE.UU. son responsables por el ascenso de Trump, las instituciones británicas del Brexit, y las políticas de globalización en Europa del aumento del extremismo de derecha en esa parte del mundo.

AMY GOODMAN: Quiero que escuchemos al expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, candidato favorito en las encuestas hasta que fue encarcelado. Lo entrevistamos justo antes de que fuera encarcelado, y nos habló del candidato presidencial Jair Bolsonaro.

LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Amy, Bolsonaro es un diputado federal. Fue capitán del ejército brasileño. La información que tenemos es que fue expulsado del ejército. Y él es un hombre que tiene un comportamiento de extrema derecha, fascista. Tiene muchos prejuicios contra las mujeres, contra la gente negra, contra la gente indígena, o sea, contra los derechos humanos. Cree que todo se puede resolver con violencia. Entonces, pienso que él no tiene futuro en la política brasileña. Tiene el derecho a presentarse como candidato. Él habla, proyecta una imagen para atraer a una parte de la sociedad que es de extrema derecha. Pero no creo que el pueblo brasileño tenga interés en elegir a alguien con estas características para servir como presidente de la república.

AMY GOODMAN: ¿Cree que Bolsonaro se alegró de la muerte de Marielle [Franco]?

LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA: Amy, Creo que sí, porque predica la violencia todos los días. Predica la violencia. Bolsonaro considera que quien defiende los derechos humanos está perjudicando la democracia. Considera que quien defiende los derechos de las mujeres está perjudicando la democracia, que quien defiende los derechos de la gente negra perjudica la democracia. Él está en contra de todo lo que yo apoyo en materia de derechos humanos.

AMY GOODMAN: Ese era Luiz Inácio Lula da Silva hablando en marzo con Democracy Now!. Pueden ver la entrevista completa en democracynow.org/es. En la última parte Lula estaba hablando del asesinato de la concejala de Río de Janeiro, Marielle Franco. Sus comentarios sobre lo que dijo, mientras comenzamos a concluir, Glenn.

GLENN GREENWALD: Quiero referirme a la última parte, al asesinato de Marielle Franco, un tema del que he hablado antes en su programa. Sólo para darle una idea de cómo está la situación aquí en Brasil, justo esta semana, dos candidatos del partido de Bolsonaro, uno de los cuales se está postulando para el Congreso y se postuló como el vicealcalde del hijo de Bolsonaro, cuando este se postuló para alcalde de Río hace cuatro años, tomó una pancarta en conmemoración a Marielle Franco y la partió por la mitad, y vistiendo una camisa con imágenes de pistolas, miró directamente a la cámara, y se mostró con orgullo ante la cámara. Y luego, en la última línea de la publicación que hicieron en redes sociales para acompañar la foto fue: “Para ustedes escorias de izquierda: Cuando nos hacemos cargo, sus días están contados”. Tal como dijo Lula, el clima es de violencia. El gesto más común que Bolsonaro ha estado usando para su campaña es poner sus dedos imitando una pistola. Quiere usar la violencia para resolver los problemas políticos de Brasil. Ellos son muy explícitos y claros sobre eso. Pero desafortunadamente, todos los que han estado al frente de la sociedad brasileña, incluido el Partido de los Trabajadores, incluidas las élites establecidas, también tienen que preguntarse qué han hecho para que este país haya perdido de tal forma la esperanza y la fe que estén dispuestos a abandonar la democracia y respaldar a un demagogo extremista como Bolsonaro. Esa es la pregunta clave que creo que la sociedad brasilera debe hacerse si Bolsonaro termina ganando estas elecciones.

AMY GOODMAN: Glenn, tendremos una segunda parte de esta conversación y la publicaremos en democracynow.org. y en ella abordaremos otros temas. Pero en estos últimos minutos, usted es un abogado constitucionalista, cuáles son sus reflexiones como ciudadano estadounidense sobre lo que está pasando ahora en Estados Unidos, la nominación y posible confirmación del juez Kavanaugh a la Corte Suprema, ¿puede hablarnos sobre eso en tan solo 30 segundos?

GLENN GREENWALD: Creo que hay varias cuestiones respecto al debido proceso que deberíamos tomarnos muy en serio cuando se trata de acusaciones contra alguien. Al mismo tiempo, hay mucha evidencia creíble. Y lo que es aún más importante, hay que tener en cuenta el comportamiento que mostró y los mensajes partidistas que ha estado difundiendo toda su vida y en esa audiencia hace imposible imaginarlo en la Corte Suprema y que la institución sea un organismo apolítico creíble. Creo que ese es el verdadero problema de su nominación.

AMY GOODMAN: Quiero agradecerle, Glenn, que haya estado con nosotros. Una vez más, en la segunda parte de esta entrevista hablaremos de más temas, incluyendo los ataques a China del presidente Trump y el vicepresidente Pence, diciendo que son las verdaderas amenazas para las elecciones de mitad del periodo, las acusaciones contra los hackers rusos, y más sobre el juez Kavanaugh y lo que está pasando en el mundo de hoy. Glenn Greenwald, periodista ganador del Premio Pulitzer, cofundador de The Intercept. Puede visitar nuestra web democracynow.org/es para ver nuestra entrevista a Lula, quien ahora está encarcelado en Brasil.

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