En Siria, fuerzas del gobierno han intensificado una gran campaña de ataques aéreos y artillería contra distritos cercanos a la capital, Damasco, que están en manos de la oposición. Una de las zonas que fueron bombardeadas es el campo de refugiados de Yarmouk, que alberga a refugiados palestinos y ha estado en manos de ISIS desde 2015. Chris Gunness, portavoz del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, advirtió acerca de una posible catástrofe humanitaria en el campamento.
Chris Gunness: “Yarmouk era un campamento de refugiados que fue transformado en un campamento de la muerte similar a uno de los últimos círculos del infierno. La situación es peor que inhumana para las personas que están atrapadas allí. Y en este momento estamos extremadamente preocupados por los civiles de Yarmouk, porque la situación empeora a cada instante”.
El sábado, un equipo de inspectores de armas químicas de las Naciones Unidas recolectó muestras de Duma, dos semanas después del supuesto ataque con gas. El incidente fue citado por el presidente Trump y los gobiernos del Reino Unido y Francia como justificación para lanzar una ronda de ataques liderados por Estados Unidos el 14 de abril.