Una reciente investigación del grupo ambientalista Greenpeace reveló la presencia de desechos plásticos y químicos tóxicos en regiones remotas de la Antártida, lo que corrobora la evidencia de que la contaminación provocada por la actividad humana tiene impacto en cada rincón del planeta. Según la bióloga Grant Oakes, activista de Greenpeace, el principal causante es el consumo de artículos plásticos de un solo uso.
Grant Oakes sostuvo: “Se estima que los artículos plásticos de un solo uso representan del 70 al 80% del plástico que termina en los océanos. Y por un breve momento de conveniencia, permanecerán en el océano durante cientos de miles de años”.
Este mes, la Comisión Europea presentó un proyecto de normativa que prohibiría varios artículos plásticos de un solo uso, incluyendo los platos, cubiertos y pajillas.