La Ley sobre violencia contra las mujeres corre peligro

Columna25 de octubre de 2019
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Amy Goodman y Denis Moynihan

Hace veinticinco años se promulgó en Estados Unidos la Ley sobre violencia contra las mujeres. Las protecciones que les brinda esta ley a las víctimas de violencia sexual, violencia doméstica y acoso se renovaron y ampliaron en los años 2000, 2005 y 2013. En abril de este año, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó otra renovación con apoyo bipartidario, la Reautorización de la Ley sobre violencia contra las mujeres, esta vez con protecciones adicionales para mujeres residentes en territorios tribales y miembros de la comunidad LGTBQ, y con nuevas restricciones que impedirían que los perpetradores de violencia doméstica puedan obtener armas. El proyecto de ley fue enviado al Senado, de mayoría republicana, donde quedó estancado. Un funcionario del Senado confirmó el miércoles que “el líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell no lo ha incluido en la agenda legislativa”.

Octubre es el Mes de conciencia sobre la violencia doméstica, durante el cual muchas de las personas que han sobrevivido al abuso doméstico y quienes las apoyan se visten de violeta para llamar la atención sobre este problema, que se considera una epidemia nacional. En Estados Unidos, cada 16 horas una mujer es asesinada a tiros por su pareja.

El texto del proyecto de ley actual contiene estadísticas que vale la pena repetir: “En Estados Unidos, las mujeres tienen 11 veces más probabilidades de ser asesinadas con armas de fuego que las mujeres en otros países de altos ingresos. Las mujeres en pareja tienen más probabilidades de ser asesinadas con un arma de fuego que con todos los otros medios combinados. La presencia de un arma de fuego en situaciones de violencia doméstica aumenta el riesgo de homicidio para las mujeres en un 500%”.

El proyecto continúa: “El homicidio es una de las principales causas de muerte en el trabajo para las mujeres. Parejas o familiares cometen el 43% de los homicidios contra mujeres en el lugar de trabajo (…). En 2010, los homicidios contra mujeres en el lugar de trabajo aumentaron en un 13% a pesar de la continua disminución de los homicidios en general en el lugar de trabajo durante los últimos años”.

Este nuevo proyecto de ley de la Cámara de Representantes, uno de los primeros abordados bajo la nueva composición de la Cámara, que incluye un número histórico de mujeres, fue aprobado con 263 votos a favor y 158 en contra, y con 33 representantes republicanos que se unieron a la mayoría demócrata. El apoyo republicano se produjo a pesar de la oposición de la Asociación Nacional del Rifle, que se opone firmemente a la redacción del proyecto de ley que pretende cerrar la llamada “laguna jurídica de los novios”, que actualmente permite que una persona condenada por abuso o que tiene impuesta una orden de restricción compre armas si no está formalmente casado con su pareja.

La semana pasada, la organización Everytown for Gun Safety informó: “Todos los meses, un promedio de 52 mujeres son asesinadas a tiros por su pareja. Casi un millón de mujeres hoy vivas han denunciado que sus parejas les han disparado o intentado dispararles, y cuatro millones y medio de mujeres han denunciado haber sido amenazadas con un arma. En más de la mitad de los tiroteos en masa de la última década, el agresor le disparó a una pareja, expareja o familiar como parte de la masacre”.

Para darle visibilidad a esta última estadística, el grupo a favor del control de armas de fuego March for Our Lives, fundado por adolescentes que sobrevivieron a la masacre que tuvo lugar el Día de San Valentín de 2018 en una escuela secundaria de Parkland, Florida envió un correo electrónico en el que advierte que la violencia doméstica y la violencia con armas de fuego son problemáticas fuertemente relacionadas entre sí. En la carta señalan que al menos el 54% de los tiroteos en masa son cometidos por abusadores domésticos. La lista de perpetradores de tiroteos en masa con antecedentes de abuso doméstico o acoso es larga. En Parkland, el atacante había acosado a una estudiante a la que mató en el tiroteo; en Sutherland Springs, Texas, el agresor había sido condenado por violencia doméstica, pero esa condena no fue compartida en la base de datos del Centro Nacional de Información sobre Delitos del FBI, por lo que pudo comprar armas; en Newtown, Connecticut, el tirador primero mató a su madre antes de dirigirse a la escuela Sandy Hook; el autor de la masacre en el club nocturno Pulse, en Orlando, agredió física y verbalmente a su esposa y, más recientemente, en Dayton, Ohio, el atacante tenía una “lista de personas para violar”, con posibles víctimas de la secundaria, y mató a su hermana durante la matanza.

El sábado pasado, los Astros de Houston derrotaron a los Yankees de Nueva York y accedieron a un lugar en el Mundial de Béisbol. Entre las tres mujeres periodistas que cubrían la celebración en el vestuario de los Astros se encontraba Stephanie Apstein, de la revista Sports Illustrated, que llevaba un brazalete violeta, símbolo de la concientización sobre la violencia doméstica. El subgerente general de los Astros de Houston, Brandon Taubman, les gritó a las periodistas: “¡Gracias a Dios que tenemos a Osuna! ¡Estoy jodidamente feliz de que tengamos a Osuna!”. Los Astros contrataron en 2018 al lanzador de relevos Roberto Osuna, de los Toronto Blue Jays, pocas semanas después de que la liga le aplicara una suspensión de 75 juegos por una acusación de haber agredido a la madre de su hijo. El jueves, tras realizar una investigación junto con la Liga Estadounidense de Béisbol, los Astros despidieron a Taubman.

Uno de los objetivos de la Ley sobre violencia contra las mujeres es educar a la gente de todos los sectores de nuestra sociedad para que el abuso doméstico se vuelva simplemente inaceptable. Lynn Hecht Schafran de la organización Legal Momentum (el nuevo nombre del Fondo de defensa y educación legal NOW) escribió: “El enorme impacto de la Ley sobre violencia contra las mujeres en la vida de las víctimas hace que la necesidad de una reautorización sea más fundamental que nunca. Esta ley está impulsando la cultura hacia un futuro donde todos podamos vivir libres de violencia”.


© 2019 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

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