Corea del Sur levantó una prohibición del aborto impuesta hace varias décadas, después de años de campaña y batallas legales en contra de la normativa, que incluía posibles penas de prisión para los médicos que realizan abortos, y multas o sentencias de prisión para toda aquella mujer que se sometiera a dicho procedimiento. La noticia, anunciada frente a un juzgado en la capital, Seúl, fue celebrada por los activistas surcoreanos.
Lee Ga-hyun enunció: “Mi amiga tuvo que usar drogas ilegales para realizarse un aborto de alto riesgo, debido a la ley contra el aborto. Yo tampoco habría tenido muchas opciones si hubiera quedado embarazada. Pero con el fallo judicial de hoy, las mujeres como mi amiga y yo podemos vivir y decidir en libertad”.