En Australia, agrupaciones a favor de la libertad de prensa han hecho sonar la alarma sobre dos redadas policiales a periodistas. El miércoles, la policía federal australiana allanó la sede de la Corporación de Radiodifusión Australiana (ABC por su sigla en inglés), en la ciudad de Sydney, revisando miles de documentos con el propósito de obtener información sobre un informe publicado en 2017 que halló que los soldados de las fuerzas especiales australianas podrían haber cometido crímenes de guerra en Afganistán. El editor ejecutivo de la cadena ABC, John Lyons, habló en su propio canal apenas unos minutos después de que la policía presentara una orden judicial que mencionaba a un director de noticias y a los dos periodistas que publicaron la noticia.
John Lyons: “Han descargado 9.214 documentos. Los conté. Y ahora los están revisando. Han montado una gran pantalla, y están buscando, correo electrónico por correo electrónico. Es extraordinario. Como periodista, siento que es una verdadera violación, porque son correos electrónicos entre esta periodista en particular y su jefe, sus borradores, sus guiones de noticias. No he visto nunca un ataque a los medios de comunicación tan salvaje como el que estamos viendo hoy en ABC… Y el escalofriante mensaje no es tanto para los periodistas, sino también para la sociedad”.
La redada del miércoles a ABC se produjo un día después de que la policía allanara la casa de Annika Smethurst, una reportera del periódico Herald Sun. La policía cumplió una orden de arresto relacionada con el informe de Smethurst sobre un intento secreto por parte de un servicio de inteligencia australiano de ampliar sus capacidades de vigilancia, incluso contra ciudadanos australianos. El comisionado en funciones de la policía federal de Australia, Neil Gaughan, defendió las redadas y dijo que los periodistas podrían enfrentar una pena de prisión por estar en posesión de información clasificada.
El comisionado Neil Gaughan: “Ningún sector de la comunidad debe ser inmune a este tipo de actividad o recolección de evidencia, más ampliamente. Esto incluye a la policía, a los medios de comunicación e incluso a los políticos”.