Aumentan las preguntas sobre la explosión del jueves pasado en el Mar Blanco frente a la costa norte de Rusia, que causó la muerte de al menos siete personas, en su mayoría científicos nucleares. La explosión causó un pico de radiación en el área circundante y los expertos estadounidenses sospechan que fue originada durante una prueba de un misil de crucero de propulsión nuclear. Esto sucede mientras crece la preocupación por que se inicie una nueva carrera de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia, tras la retirada del Trump del histórico Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio. A principios de este mes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia calificó al tratado de “formalmente muerto”.
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