Australia se está preparando para lo que se espera sea el peor fin de semana hasta la fecha en una de por sí devastadora temporada de incendios forestales, intensificada por el cambio climático, que ha arrasado la parte sureste del país, causado la muerte a al menos 18 personas y cerca de 500.000 animales y devastado casi seis millones de hectáreas de tierra. Se espera que las temperaturas se eleven por encima de los 37 grados centígrados, y se prevén vientos fuertes. El ministro de Transporte de Nueva Gales del Sur, Andrew Constance, describió las condiciones venideras como “un horno de fundición”. El jueves, el estado de Nueva Gales del Sur, que incluye a la ciudad de Sídney, declaró un estado de emergencia, y el estado de Victoria declaró un estado de desastre. A medida que se profundiza la catástrofe en Australia, el primer ministro conservador de ese país, Scott Morrison, enfrenta una condena generalizada por la inacción climática de su Gobierno. El jueves, víctimas enojadas de los incendios insultaron a Morrison e hicieron que el primer ministro abandonara la localidad de Carbago apresuradamente.
Primer ministro Scott Morrison: “¿Cómo estás?”.
Víctima de los incendios 1: ““Sólo le estrecharé la mano si le da más fondos a nuestro Servicio de Bomberos Rurales. Mucha gente aquí ha perdido sus hogares. Necesitamos más ayuda”.
Víctima de los incendios 2: “¡Esto no es justo! Estamos totalmente olvidados aquí abajo. No obtenemos nada. Si estuviéramos en Sídney, si estuviéramos en la Costa Norte estaríamos inundados de donaciones, con ayuda de emergencia”.
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