En el estado de Washington, más testigos presenciales han corroborado las afirmaciones de que la policía no intentó arrestar al activista antifascista Michael Reinoehl el 3 de septiembre, antes de matarlo con una ráfaga de disparos. De los 22 testigos presenciales que fueron entrevistados por el periódico The New York Times todos menos uno han informado que los oficiales no se identificaron ni le dieron ninguna orden a Reinoehl antes de abrir fuego. Cinco de los testigos dijeron que los agentes comenzaron a disparar en el instante en que sus vehículos sin identificación se acercaron a Reinoehl, quien, según los informes, murió tras recibir varios disparos mientras masticaba golosinas y sostenía el teléfono celular con una mano y una bolsa con la otra. Trump había calificado el tiroteo como un “castigo” después de que supuestamente Reinoehl matara a un partidario de extrema derecha del presidente en la ciudad de Portland. El martes, Trump volvió a plantear el caso durante su mitin de campaña en el estado de Pensilvania.
Presidente Donald Trump: “Pasaron dos días. Pasaron tres días. Dije: '¿Por qué diablos no lo han arrestado?' Y sabían quién era. Y enviamos a los alguaciles federales. Y todo acabó en 15 minutos. Y eso fue todo. Y eso fue todo”.