El lunes, Estados Unidos registró casi 167.000 nuevos casos de coronavirus, la tercera cifra diaria más alta desde el inicio de la pandemia. El número oficial de muertes en el país, que ya es el más alto del mundo, se está acercando rápidamente a un cuarto de millón, con 800 muertes por COVID-19 en las últimas 24 horas.
En el estado de California, el gobernador demócrata Gavin Newsom estableció restricciones estrictas para contener la pandemia en el 75 % de los condados del estado, y está considerando imponer un toque de queda a nivel estatal.
La gobernadora republicana del estado de Iowa, Kim Reynolds, ha exigido el uso obligatorio de mascarilla en espacios cerrados en todo el estado, con algunas excepciones, además de limitar la capacidad de bares y restaurantes y de prohibir algunos tipos determinados de reuniones públicas.
En el estado de Arizona, el lunes, la Nación Navajo ordenó la suspensión de las actividades comerciales no esenciales, canceló las clases presenciales en centros educativos y cerró las carreteras de ingreso a la reserva para los visitantes, debido a la “propagación descontrolada” del virus.
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