Texas se ha convertido en el estado más reciente en atacar los derechos reproductivos en medio de la crisis de coronavirus, luego de que el procurador general Ken Paxton ordenara a los prestadores de servicios de aborto que dejaran de realizar el procedimiento, alegando que no es “médicamente necesario”. Los proveedores de atención médica podrían enfrentar multas o incluso condenas de cárcel por violar la orden.
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