Autoridades de Marruecos arrestaron el miércoles al periodista Omar Radi por lo que defensores de la libertad de prensa calificaron de “cargos en represalia”. Radi informaba sobre la participación del Estado marroquí y las grandes empresas en el despojo a los campesinos de sus tierras tribales. El periodista dijo públicamente que era objeto de acoso y vigilancia.
Un informe de Amnistía Internacional alega que las autoridades intervinieron el teléfono de Radi haciendo uso del programa espía Pegasus, de la compañía israelí NSO Group. Actualmente, un tribunal presentó cargos contra Radi por socavar la seguridad del Estado al recibir fondos del extranjero y colaborar con servicios de Inteligencia extranjeros. También se presentaron contra él cargos por violación.
El Comité para la Protección de Periodistas emitió un comunicado en que expresa: “En el pasado, autoridades marroquíes simplemente han intentado golpearlo en represalia por su labor como periodista”, y solicita a las autoridades marroquíes que “se libere a Radi [y] se investigue toda acusación por agresión sexual de manera creíble y transparente”. Radi habló con Democracy Now! antes de ser arrestado.
Omar Radi dijo: “Dejé de cooperar con la Policía porque me formulan preguntas vacías y preguntas que no respetan la presunción de inocencia. Por tanto, no entraré en ese juego. Si tienen algo [en mi contra], que me arresten y me envíen ante el fiscal y después a juicio, pero no voy a entrar en este juego de preguntas y respuestas con la Policía, que sólo pretende que confiese que hice algo que nunca hice”.
Los abogados de Radi niegan todas las acusaciones presentadas en su contra. Según se informó, se encuentra recluido en una prisión de la ciudad de Casablanca donde se registra un importante brote de COVID-19.
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