En la ciudad de Salt Lake City, en el estado de Utah, en Estados Unidos, manifestantes del movimiento Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan, en español) que rompieron vidrios de ventanas y mancharon con pintura roja la Oficina del Fiscal de Distrito en julio enfrentan una sentencia máxima a cadena perpetua, luego de que los fiscales presentaran contra ellos cargos por delito contra la propiedad y fomento a las pandillas. La medida de calificar a los manifestantes como integrantes de una pandilla ha atraído nuevamente la atención sobre las leyes sobre pandillas callejeras surgidas en la década de 1990 en Utah, que afectan desproporcionadamente a las comunidades de color.
Por otra parte, un juez federal del estado de Oregón extendió una orden de restricción contra el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos y contra agentes del Departamento de Seguridad Nacional y ordenó que dejen de atacar a periodistas y observadores legales durante las manifestaciones de Las Vidas Negras Importan en la ciudad de Portland.