En Siria, al menos seis personas murieron, incluidos trabajadores médicos y un menor, después de que las fuerzas sirias bombardearan el domingo un hospital en las afueras de Alepo, una ciudad controlada por facciones rebeldes. Además, 16 civiles resultaron heridos en el ataque y cuatro de ellos se encuentran en estado crítico. El ataque se produjo a pesar de un acuerdo de alto el fuego negociado por Rusia y Turquía en marzo de 2020. La organización Médicos por los Derechos Humanos ha documentado casi 600 ataques a centros de salud por parte del Ejército sirio y sus aliados desde el comienzo de la guerra civil, hace una década.
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