El gobernador republicano del estado de Georgia, Brian Kemp, ha firmado un amplio proyecto de ley que restringe la participación electoral. Varios grupos de defensa de los derechos civiles consideran que esta es una de las iniciativas que más vulnera el derecho al voto desde la época de las leyes segregacionistas de Jim Crow. El proyecto de ley otorga amplios poderes a los funcionarios estatales para controlar la gestión de las juntas electorales locales y del condado. También agrega nuevos requisitos para la identificación de los votantes; limita en forma estricta los criterios de elegibilidad para la votación por correo; rechaza las papeletas que se emitan en un distrito electoral equivocado; y permite que los activistas conservadores impugnen el derecho al voto de un número ilimitado de votantes. Una de las disposiciones del proyecto de ley convertiría incluso en delito entregar comida o agua a los votantes que esperen en la fila en los centros de votación.
La legislación pasó por ambas cámaras de la legislatura estatal de Georgia el jueves y fue aprobada siguiendo de forma estricta líneas ideológicas partidarias. El gobernador Kemp firmó el proyecto de ley en privado rodeado de seis hombres blancos.
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