Continúa el alto el fuego entre Israel y la organización Hamas mientras los mediadores egipcios intentan mantener la relativa calma que sucedió al intenso ataque israelí que durante once días devastó la Franja de Gaza y provocó la muerte de al menos 248 palestinos, incluidos 66 menores. Pero las tensiones en la región no cesan: durante el viernes y el fin de semana las fuerzas armadas israelíes y grupos de colonos judíos ingresaron repetidas veces al recinto de la mezquita Al-Aqsa ubicada en la zona ocupada por Israel de Jerusalén Oriental y atacaron a varios fieles palestinos, según informan medios locales. Los habitantes de Gaza han comenzado a limpiar los escombros y evaluar los daños del devastador bombardeo israelí.
Mahmoud Mahdy: “Han destruido nuestros recuerdos, nuestras casas, nuestros apartamentos. Perdimos todo lo que teníamos, desde muebles hasta todos nuestros recuerdos de la infancia. Todo está destruido”.
La ONU anunció que emitirá un llamado de ayuda para la Franja de Gaza. Se teme que los casos de COVID-19 podrían aumentar aún más en esa región después de que los residentes se vieran obligados a huir de sus hogares y apiñarse en refugios para resguardarse de los ataques. Estados Unidos ha dicho que contribuirá a la ayuda para reconstruir Gaza, aunque se niega a condenar los ataques israelíes que causaron muerte y destrucción.
Mientras tanto, grandes manifestaciones en solidaridad con el pueblo palestino se llevaron a cabo en todo el mundo, incluido Estados Unidos. En Londres, se estima que unas 180.000 personas participaron en una marcha en apoyo del pueblo palestino. Estas fueron las palabras expresadas por una manifestante en París.
Nesrine Akhres: “Francia tiene varios acuerdos ventajosos en materia de importaciones con el Estado israelí. Es importante que todos los países que no respeten los derechos humanos sean sancionados, sin distinciones. Es incomprensible que Israel aún tenga completa impunidad al respecto”.
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