A medida que los casos y las muertes por COVID-19 continúan su tendencia ascendente en Estados Unidos, Hawái es el último estado en imponer nuevas medidas de salud pública, como la limitación de la cantidad permitida de asistentes a reuniones y eventos sociales. El estado de Oregón ha restablecido el uso obligatorio de mascarilla en espacios cerrados tanto para las personas vacunadas como no vacunadas en medio de un aumento de los casos de coronavirus, impulsado por la variante delta.
En el vecino estado de Washington, la agrupación de justicia para inmigrantes La Resistencia advierte sobre un brote a gran escala de COVID-19 en el Centro de Detención del Noroeste, en la ciudad de Tacoma, donde se han registrado más de 170 casos desde junio. El grupo está pidiendo al Congreso que ponga fin a la política inhumana del Gobierno de Biden de transferir y encerrar a solicitantes de asilo.
Mientras tanto, en el estado de Texas, dos jueces dictaminaron que se permitiría temporalmente que los funcionarios locales en dos condados requieran el uso de mascarilla en centros educativos y otros edificios públicos, a pesar de los intentos del gobernador republicano Greg Abbott de prohibir el uso obligatorio de mascarilla en el estado.