Estados Unidos reportó el miércoles casi 2.600 muertes por COVID-19, por lo que la cifra oficial de muertes por coronavirus en el país superó las 666.000. Según los registros oficiales, uno de cada 500 residentes de Estados Unidos ha muerto a causa del coronavirus desde el inicio de la pandemia.
Los científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) han expresado reparos y escepticismo respecto a las presiones de la Casa Blanca para autorizar una tercera dosis de “refuerzo” de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer. Una evaluación realizada por el personal de la FDA y publicada el miércoles concluyó que las vacunas que se administran actualmente en Estados Unidos aún brindan protección para prevenir las muertes por coronavirus y los casos graves de la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud ha pedido una moratoria mundial de las dosis de refuerzo hasta fin de año, ya que muchos países de bajos ingresos solo han podido adquirir vacunas para una ínfima parte de sus poblaciones.
Mientras tanto, el Gobierno de Biden exigirá, desde el 1 de octubre, que todos los solicitantes de residencia permanente y de otros estatus migratorios permanentes en Estados Unidos estén vacunados contra la COVID-19. Estados Unidos ya exige que dichos inmigrantes estén vacunados contra la hepatitis, el sarampión, las paperas, la poliomielitis y la rubéola.