El Pentágono reconoció el viernes que el ataque de Estados Unidos con aviones no tripulados llevado a cabo durante los últimos días de la retirada estadounidense de Afganistán que causó la muerte de diez civiles afganos, incluidos siete menores, fue un “error trágico”. El Pentágono había afirmado anteriormente que el bombardeo había evitado una amenaza inminente por parte de combatientes del Estado Islámico de Khorasán, también conocido como ISIS-K, pero las investigaciones no tardaron en revelar que, en cambio, las víctimas fueron el trabajador humanitario Zemari Ahmadi y sus familiares. La familia de Ahmadi está exigiendo que se abra una investigación sobre el ataque. Estas fueron las palabras expresadas por Romal Ahmadi, hermano de la víctima.
Romal Ahmadi: “Deberían aceptar [su responsabilidad] y pagar por el daño causado. Deberían acercarse a mí, disculparse y ofrecer sus condolencias. Deberían pagar con dinero manchado de sangre. Somos inocentes. Deberían evacuarnos”.
En la ciudad de Washington D.C., legisladores anunciaron que investigarán el ataque mortal, al tiempo que algunos activistas volvieron a pedir el fin del uso bélico de aviones no tripulados por parte de Estados Unidos.